Un total de 20 meses se demorará la construcción del nuevo Aeródromo de Peldehue, en Colina, que busca descongestionar en al menos un 30% el actual Aeródromo de Tobalaba y que tendrá una capacidad de 20 mil operaciones al año. Así lo informó hoy el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, quien aseguró que la nueva terminal aeroportuaria estaría lista en enero de 2019.
El titular del MOP junto al intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, realizaron una visita de inspección a las obras de remoción de tierra para la construcción de la pista. "Hemos iniciado la construcción del Aeródromo de Peldehue, lo que es una buena noticia tanto para la Región Metropolitana como para la aviación civil en Chile", destacó Undurraga.
La obra se realizará en terrenos ubicados a 30 kilómetros de Santiago, que fueron vendidos por el Ejército y considera una inversión de $ 11.500 millones de pesos. El proyecto incluye una pista de 1.150 m de largo por 23 m de ancho, plataforma para estacionamiento de aeronaves civiles, calles de rodaje, camino perimetral y torre de control (ver infografía).
El financiamiento, a cargo de la Dirección de Aeropuertos del MOP, se obtendrá de los ingresos de la concesión del aeropuerto Arturo Merino Benítez. "La licitación del aeropuerto de Santiago permite que el 77% de los ingresos de ese aeropuerto sean para financiar nuevos aeródromos en distintos lugares del país", subrayó Undurraga.
La idea de construir un nuevo aeródromo en la Región Metropolitana se arrastra desde hace años. Especialmente, luego del cierre del Aeródromo de Cerrillos en 2006 y la reducción de las operaciones en el de Tobalaba en 2008, producto de un accidente que dejó 13 fallecidos, evidenciando la necesidad de operar en un área menos poblada.
En ese sentido, el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, señaló que "estamos pagando una deuda con la aviación civil en Santiago, que necesitaba un nuevo aeródromo para poder desarrollarse. Pero también había una deuda con las 13 víctimas del accidente aéreo del 27 de febrero de 2008", asimismo, agregó que la Comisión Tobalaba "estableció la reducción al máximo del flujo aéreo en el lugar, para darle seguridad a la población, pero al mismo tiempo permitir el desarrollo de la aviación civil".
Asimismo, el titular del MOP explicó que se han tomado resguardos para que no ocurra lo mismo que en el Aeródromo de Tobalaba, en que una vez construido, la gente comenzó a poblar los alrededores del lugar. "Uno de los requisitos formales durante todo el proceso de revisión de las bases y revisión de la adjudicación fue asegurar que el cono de aproximación, como se llama técnicamente, esté protegido de manera que pueda operar el aeródromo sin problemas de seguridad para el entorno".
Tras la construcción del aeropuerto Arturo Merino Benítez en 1967, esta es la primera terminal aérea pública y fiscal que se emplaza en la Región Metropolitana, lo que se traduce en menores precios para los usuarios, en comparación a los aeródromos privados. El aeródromo recibirá principalmente aviación civil, pero también prestará algunos servicios al Ejército.
Al ser público, su administración estará a cargo de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). El general de brigada aérea Víctor Villalobos, director de la institución, destacó que "estamos muy contentos de tener una alternativa más. Estamos trabajando hace bastante tiempo para tener todas las capacidades, dotación de gente, controladores y especialistas que normalmente tenemos en todos los aeropuertos del país, y aquí estaremos en enero de 2019 tomando posición como administradores".