Estudios la señalan como una de las carreras más rentables. Sin ir más lejos, el recién pasado mes de noviembre, el Centro de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chille, la destaca por sobre Medicina y Derecho en un estudio sobre cuánto tardan los profesionales en recuperar la inversión.

Para este análisis, se tomó en cuenta datos como el valor del arancel, y los años de estudio que requiere cada carrera. Así, y a pesar de tener un sueldo más bajo que el de un médico, la tasa interna de retorno de un contador, es de 27,7%, versus el 22,2% de Medicina y el 21,3% que alcanza Derecho. Ello ya que es una carrera relativamente  barata ($ 2,9 millones, en el plantel más caro) y que garantiza tener un empleo, así como sueldos atractivos ($ 710 mil al primer año de titulados y casi un millón al quinto año).

Si a ello se agrega que más de 30 planteles la ofrecen y que los requisitos de ingreso no son tan restrictivos, el panorama es ampliamente atractivo. Durante el proceso de admisión 2009, el puntaje PSU de corte más alto se registró en la Universidad de Chile y fue de 684 puntos promedio en la PSU, para luego saltar a 563 puntos en la Universidad de Valparaíso, y 562 en la Universidad de Santiago. Incluso se registraron matrículas con menos de 450 puntos, como en la U. de Aconcagua (430) y la U. de Las Américas (336), eso sin considerar que varias instituciones ni siquiera exigen puntaje mínimo en la PSU.

Los nuevos desafíos

La capacidad de manejar e interpretar los asuntos contables de una empresa o persona, es la mejor manera de resumir las funciones de un contador auditor. Presupuestos, rendiciones, balances, estados contables y estados financieros, entre otros, son documentos que este profesional deberá ser capaz de elaborar, y que además, tendrá que llevar de forma ordenada.

El campo laboral de un contador es sumamente amplio. Este puede desarrollarse profesionalmente como empleado de grandes empresas, llevando la contabilidad de entidades más pequeñas, e incluso asesorando de manera independiente a personas naturales y pymes.

A ello se agrega un creciente mercado producto de las nuevas Normas Internacionales de Contabilidad (NIIF), que desde este año exigen a los países adoptar un lenguaje común para llevar a cabo sus balances. La mayor revolución que se conoce hasta ahora en el mundo de la contabilidad y que afecta a las empresas en todos sus ámbitos.