Una declaración conjunta en la que los mandatarios de Estados Unidos, Barack Obama; Francia, Nicolas Sarkozy y Reino Unido, David Cameron, anuncian la continuación de la misión internacional en Libia hasta la salida del poder del líder Muammar Gaddafi causó hoy controversia en Londres y París.

En la capital británica, el parlamentario conservador John Baron pidió que el Parlamento vuelva a debatir el tema. Es posible, dijo, que el objetivo de la misión libia ya no esté cubierto por la resolución 1973 de Naciones Unidas. Habló también de que las declaraciones sobre la salidad de Gaddafi implican de facto un "cambio de régimen".

La resolución de la ONU, agregó, centra la misión en la protección de civiles y fue lanzada como una operación humanitaria. "Ese ya no es el caso", dijo a la cadena británica BBC tras las declaraciones de Obama, Sarkozy y Cameron.

En el texto publicado en cuatro diarios -Le Figaro, The Times, Herald Tribune y Al-Hayat-, los jefes de Estado indicaron que "no se trata de eliminar a Gaddafi por la fuerza. Pero es impensable que alguien que ha querido masacrar a su pueblo tenga lugar en el futuro del Gobierno libio".

El ministro de Defensa francés, Gerard Longuet, se mostró crítico con las declaraciones y dijo que "ciertamente, la resolución 1973 no habla del futuro de Gaddafi". Sin embargo, luego matizó e indicó que si "tres países grandes dicen lo mismo es importante para Naciones Unidas, y quizá el Consejo de Seguridad (de la ONU) apruebe un día una resolución" nueva.

Otros parlamentarios británicos, sin embargo, creen que la medida más efectiva para proteger a la población civil libia es el derrocamiento del régimen de Gaddafi.

En tanto, la OTAN respaldó los dichos de los mandatarios. A través de su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, el organismo dijo que "continuará su operación mientras haya una amenaza sobre los civiles, y es imposible pensar que esa amenaza puede desaparecer" con la salida de Gaddafi del poder.