El candidato socialista a la presidencia francesa François Hollande, ignorado por los dirigentes europeos, recibió hoy el apoyo del primer ministro belga Elio di Rupo y de ex miembros de gobiernos de derecha de su rival Nicolas Sarkozy a cuatro días de la  primera vuelta electoral.

Pero quien también votaría por él, sería el ex mandatario de centro-derecha Jacques Chirac, según adelantó a Le Parisien el historiador Jean-Luc Barré, un cercano del ex gobernante. Según Barré, Chirac y Hollande "tienen en  común el mismo apego a los valores republicanos y el rechazo a todas las formas  de extremismo y de discriminación", consignó AFP. Sus declaraciones provocaron una airada reacción de Sarkozy, quien estimó  "triste" que algunos quieran "hacer hablar" a su predecesor.

A esto se suma Corinne Lepage, ex ministra de Medio Ambiente de  Chirac, quien anunció que votará por Hollande. "Siempre dije que no quiero que  Nicolas Sarkozy sea reelecto. Es importante que haya un polo realista, más allá  de la izquierda, que apoye a François Hollande", explicó.

"Jacques Chirac, es fiel a sí mismo cuando dice que votará a favor de François Hollande," explicó el escritor Barre, quien ayudó a Chirac escribir sus memorias. Recordó que en julio pasado el ex gobernante dijo que votaría por Hollande, pero más tarde aclaró que se trataba de una broma, a raíz de las críticas de sus socios políticos.

Tras los dichos de Barré, la oficina del ex mandatario galo, manifestó que "nadie está autorizado a hablar en nombre de Jacques Chirac, que no hará ninguna declaración pública en relación con esta elección", consigna Le Parisien, citando a AFP.

BELGA
El que oficializó su apuesta por Hollande el jefe del gobierno belga, el socialista Elio di Rupo, quien asistirá hoy  a un gran mitin de campaña de Hollande en Lille (norte). Di Rupo no hablará en  el acto pero sí lo hará Thierry Giet, su sucesor como dirigente del PS belga.

Se trata del primer apoyo a Hollande de un mandatario europeo en funciones,  lo que no es de sorprender dado que la mayoría de ellos son conservadores.

Tanto el británico David Cameron como la alemana Angela Merkel manifestaron  públicamente su apoyo a Nicolas Sarkozy, candidato a su reelección, y las  informaciones sobre un supuesto acuerdo entre ellos para no recibir a Hollande  hizo correr ríos de tinta en la prensa francesa al principio de la campaña.

Hollande, que sigue siendo el favorito de los sondeos, recibió asimismo el  respaldo de ex miembros de gobiernos de la derecha.

La víspera fue Martin Hirsch, ex alto comisionado para la Solidaridad y uno  de los símbolos de la "apertura" del gobierno de Sarkozy, quien anunció a su  vez que "tiene la intención de votar por François Hollande".

Paralelamente, la presidenta de la asociación patronal francesa (Medef),  Laurence Parisot, que nunca ocultó su preferencia por Sarkozy, afirmó el martes  que en algunos temas, como el "rol de los cuerpos intermediarios y la paridad",  se siente "más cercana" de Hollande, y declaró que desea reunirse con él antes  de la segunda vuelta de la elección.

SONDEO
El último sondeo, realizado por el instituto Harris Interactive y publicado hoy, sigue dando como ganador a Hollande en la segunda vuelta (6 de mayo)  con el 53% de las intenciones de voto (47% para Sarkozy).

En la primera vuelta (22 de abril) los dos candidatos siguen codo a codo:  Sarkozy con 28% y François Hollande con 27%. Seguidos por la candidata de  extrema derecha Marine Le Pen (17%), el de la izquierda radical Jean-Luc  Mélenchon (12%) y el centrista François Bayrou (11%). Los otros candidatos  tendrían todos menos de dos por ciento.

Entre tanto, los debates de campaña siguen versando sobre temas económicos. 

Sarkozy insistió el martes en la necesidad de reducir los déficits para  obtener en contrapartida un diálogo con el Banco Central Europeo (BCE) sobre su  apoyo al crecimiento.

"Haremos avanzar al BCE porque no puede haber tabúes en Europa" pero sin  dar la "impresión de que se trata de una manera de evitar los esfuerzos para  reducir los déficits y la deuda", dijo.

El presidente, que había propuesto el domingo un debate sobre el papel del  BCE, afirmó que es partidario de la independencia del Banco Central, a la que  Alemania reiteró firmemente su apego el lunes.

Por su parte, Hollande auguró que la "crisis del euro no ha terminado",  pero que "Francia no está expuesta" y tiene los medios necesarios para  "controlar a la finanza". El candidato socialista indicó asimismo que, si es elegido, negociará con  los sindicatos sobre un eventual aumento del salario mínimo.