Muchos han caído desde que el productor de Hollywood Harvey Weinstein fue acusado de acoso sexual en octubre. Sólo por nombrar a algunos, días después a la lista se sumó el actor estadounidense Kevin Spacey, denunciado por abusos contra menores de edad, y también Knight Landesman, ex editor de Artforum, una de las revistas de arte más influyentes del mundo, imputado por abusos a mujeres.
Lo que parecía improbable es que las acusaciones llegarían a una obra de arte que data de 1938 y que ha sido expuesta más de 20 veces en museos de Estados Unidos, Londres, París y Tokio, sin que nadie acusara, al menos públicamente, su contenido.
Se trata de Thérèse dreaming, una pintura del polaco-francés Balthus -nombre artístico de Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001)- que representa a una niña de unos 13 años, posando en una silla, mientras parte de su ropa interior queda a la vista.
La polémica comenzó el 30 de noviembre cuando, tras ver la obra expuesta en el Museo Metropolitano de Nueva York (MET), la ciudadana norteamericana Mia Merril decidió hacer una petición online de firmas, escandalizada por lo que calificó como "una pintura que representa una niña en una pose sexualmente sugerente". La solicitud llamaba al museo a ser "más concienzudo en cómo contextualizar esas piezas a las masas (…). Esto se puede conseguir eliminando la pintura o dando más contexto en su descripción".
La petitoria -realizada en el sitio thepetitionsite.com- a la fecha suma alrededor de 10 mil firmas. El MET, no obstante, dio una respuesta definitiva: no descolgará la obra. "Es en momentos como este en los que contamos con una oportunidad para debatir. Las artes visuales son uno de los medios que tenemos para reflexionar sobre el pasado y el presente, y esperamos motivar la continua evolución de la cultura a través de una discusión informada y de respeto por la expresión creativa", dijo Ken Weine, jefe de comunicación del museo.
"Estamos entrando en un puritanismo de una transparencia extrema que puede ser dañina", opina el artista y académico de la UC Pablo Chiuminatto. "La idea de que el cuadro produce incitación es pobre respecto de comprender la imaginación humana y la de Balthus. Se está suponiendo que tiene contenido perverso, pero no se puede suponer intencionalidad".
Perverso o no, el altercado ha dado pie para recordar otras veces en que el artista ha sido objeto de polémicas. En 2014 el Museo Folkwang de Alemania canceló una muestra del pintor que incluía fotos de desnudos de una menor, citando "problemas legales". Mucho antes, en 1934, Balthus fue recriminado en París, donde sus óleos fueron considerados demasiado provocadores.
Poco después intentó suicidarse: "La pintura es una epopeya interior", dejaría escrito en su libro Memorias.