El médico ecuatoriano Fabián Guarderas, quien el fin de semana dio una entrevista al diario El Comercio de Quito asegurando que conoce personalmente a "Juan", el supuesto hijo que el general Augusto Pinochet tuvo en ese país en los años 50, ya había contado toda su historia en una novela de ficción.
Se trata del libro "El hijo oculto del general", que lanzó el 2008, donde relata su amistad con un hombre llamado "Damián", quien descubriría que su padre es el militar chileno. El personaje es descrito como víctima de un síndrome maniaco depresivo y que decidió ocultar su identidad durante años debido a que recibió reiteradas amenazas de muerte.
El texto, de 127 páginas, se encuentra en las principales librerías de Quito y ya va en su segunda edición, a un precio de US $ 11.
Según el controvertido autor -quien ahora sostiene que toda la historia es cierta-, Juan leyó la novela y habría dado su visto bueno al contenido porque se refiere en forma "respetuosa" a su madre, la pianista ecuatoriana de nombre Piedad, quien falleció hace cuatro años.
IMAGENES BORROSAS
Guarderas, quien hasta el momento no ha dado ninguna prueba concreta que demuestre la veracidad de su historia, asegura que es el propio Juan quien figura en la fotografía de portada de su libro.
En la imagen, el enigmático personaje tendría 14 años y aparece con el rostro ensombrecido durante un paseo al volcán Pichincha, que está ubicado junto a la capital ecuatoriana. Según señaló el médico a la prensa de ese país: "(Juan) tiene la estampa del padre: alto, corpulento, peinado hacia atrás. Vi una foto del mayor Pinochet y en televisión conocí a los medios hermanos de Juan. Yo creo que él es el que más se parece a su padre".
Según el relato del profesional -quien suele enviar cartas de opinión a los medios y ha publicado una veintena de obras sobre los más distintos tópicos-, existiría otra fotografía color sepia donde aparece Juan, Piedad y Pinochet en el monumento que marca la Mitad del Mundo. No hay registro de dicha foto.
Ayer, Guarderas dejó de contestar llamados y en el buzón de voz de su celular puso el mensaje de que Juan le pidió que no siguiera hablando sobre el tema después de las declaraciones que dio a El Comercio.
Antes, el médico había dicho que es el propio Juan quien quiere contar su versión y está dispuesto a hacerse un examen de ADN. La explicación del cambio de actitud después de 50 años, afirma, se debería a la molestia del supuesto hijo porque después de la muerte de Pinochet dejó de recibir los fondos que el militar le enviaba a él y a su madre a través de empresas ecuatorianas.