Es un trofeo pequeño, pero de mucho prestigio. Es la Copa Ryder, la lucha de continentes que desde hoy concentra la atención del golf internacional

Son 24 millonarios que olvidan por tres días sus egos para aportar a un equipo: doce para Estados Unidos, doce para Europa. El Medinah Country Club, a 40 kilómetros de Chicago, será la sede de la trigésimo novena edición del certamen, en el que Europa defiende el título ganado en 2010.

Davis Love III, el capitán estadounidense, dio forma a uno de los equipos más fuertes en la historia de los estadounidenses en la Ryder. Junto a Tiger Woods están Bubba Watson y Webb Simpson, además de Brandt Snedeker, que tras su título del fin de semana en Atlanta llega en plena forma.

Además, están los experimentados como Phil Mickelson, en su novena Ryder, o Jim Furyk, en su octava participación.

Entre los europeos el entusiasmo es notorio. "Pasión, orgullo y camaradería: nada se compara con la sensación de representar a tu país", destacó Luke Donald, uno de los 12 jugadores capitaneados por el español José María Olazábal. 

El doble campeón del Masters de Augusta tiene un as en la manga, el norirlandés Rory McIlroy, número uno del mundo.

"Será todo muy ajustado", pronosticó el español de cara a un fin de semana en el que la Ryder continuará con una saga iniciada en 1927.

Hoy y mañana ambos equipos se enfrentarán por duplas en 16 duelos, mientras que el domingo la lucha será uno a uno, dividida en 12 capítulos.

Estados Unidos ganó 25 de las 38 ediciones de la Ryder, pero de las últimas ocho, seis fueron para los europeos.