Con la baja de Arancibia y el retorno de Calandria, O'Higgins comienza hoy su andadura en la Copa Sudamericana, un torneo que estrena formato y también duración (hasta diciembre). Pero que no pierde surrealismo, o desconsideración, en su calendario. Los de Rancagua, por ejemplo, se miden esta noche a Fuerza Amarilla de Ecuador y disputarán la revancha en 92 días. El programa es un sudoku. Mírenlo si no en el cuadro de abajo.
¿Cómo se juega? La primera etapa consta de 44 equipos, con cuatro elencos representantes de Chile: O'Higgins, Palestino, Everton y Universidad de Chile. El sorteo de las parejas, realizado el 31 de enero, estableció que no se cruzaran equipos del mismo país. Para la siguiente ronda habrán 32 equipos, los 22 ganadores de cada serie más 10 elencos que llegarán desde la Copa Libertadores (los ocho terceros de cada grupo y los dos mejores perdedores de la tercera fase, que son Junior de Barranquilla y Olimpia de Paraguay). Luego, para la siguiente ronda, se hará un sorteo, a la vez que los octavos de la Libertadores.
Quien dará el puntapié inicial será O'Higgins, que recibe a Fuerza Amarilla de Ecuador. Una de las situaciones complicadas que muestra la programación es la gran distancia entre un partido y otro. Sólo un ejemplo: hoy se abre la llave de los rancagüinos en el estadio El Teniente, y la vuelta será recién el 31 de mayo, después incluso del fin del Clausura. O sea, entre la ida y la vuelta hay 92 días.
El miércoles, Palestino recibe a Atlético Venezuela, y la vuelta será en 70 días más. El extraño calendario es una de las esperpénticas curiosidades que brinda una competencia que le abre espacio a clubes con poco roce internacional, o escasamente reconocidos en el continente, como Boston River (Uruguay), Comerciantes Unidos (Perú), Defensa y Justicia (Argentina), que dirige Sebastián Beccacece, o Rionegro Águilas (Colombia).
La Sudamericana llega posterior a un nuevo fracaso a nivel internacional del fútbol chileno, a raíz de las eliminaciones de Colo Colo y de Unión Española de la Libertadores. El certamen asoma, nuevamente, como una oportunidad para que los elencos nacionales mejoren sus performances afuera del territorio.
En general, la Sudamericana deja mejor sabor a los clubes chilenos. Lo más reciente fue la participación de Palestino en los cuartos de la edición anterior. Más atrás, la destacada actuación de la U de Sampaoli, campeón de 2011. También asoma la final de Colo Colo en 2006 y las semifinales de Católica en 2005 y 2012.