Corea del Norte advirtió hoy de que podría reconsiderar la celebración del próximo encuentro de familias separadas con el Sur si Seúl y Washington siguen adelante con las maniobras militares programadas desde finales de este mes.
"El diálogo y los ejercicios de una guerra de agresión no pueden ir juntos", indicó la Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte en un comunicado emitido por la radio estatal del país y recogido por la agencia surcoreana Yonhap.
El régimen de Kim Jong-un puntualizó que la situación militar en la península podría llevarle a dar marcha atrás al histórico acuerdo que las dos Coreas alcanzaron el miércoles para celebrar reuniones de familias separadas por primera vez en tres años.
En su mensaje radiofónico, la Comisión Nacional de Defensa norcoreana denunció que un bombardero B-52 de Estados Unidos sobrevoló ayer la costa este de la península coreana, un hecho que Pyongyang considera hostil.
Por su parte, fuentes del Ministerio de Defensa de Corea del Sur confirmaron a Yonhap que efectivamente el bombardero realizó un vuelo de entrenamiento en la zona el miércoles.
Ese mismo día representantes de ambas Coreas acordaban un próximo encuentro en el que 100 familias del Norte y otras 100 del Sur se reunirán con sus parientes del otro lado de la frontera del 20 al 25 de febrero.
El nuevo intento de recuperar las citas entre parientes de ambos países que llevan más de seis décadas separados por la Guerra de Corea (1950-53) llegó después de que las pasadas semanas Pyongyang invitara a Seúl a abrir una etapa de distensión.
Como respuesta, Corea del Sur propuso oficialmente al Norte retomar estos encuentros, considerados urgentes por la avanzada edad de los participantes.
Decenas de miles de coreanos no han podido retomar el contacto con sus familiares del otro lado de la frontera desde que la Guerra confirmara la división en dos de la península coreana entre el Sur capitalista y el Norte comunista.