Corea del Norte invitó al enviado estadounidense que supervisa las relaciones con la aislada nación, a que realice una visita en septiembre para discutir su programa nuclear, reportaron hoy los medios surcoreanos, en el último de una serie reciente de gestos conciliatorios.
En otra señal de que está listo para descongelar sus relaciones, Corea del Norte aceptó que se realicen charlas mañana entre las agencias de la Cruz Roja de ambas Coreas con el objetivo de reanudar las reuniones de familias separadas por la guerra librada entre 1950 y 1953.
Pyongyang suspendió las reuniones hace casi dos años por su molestia ante las políticas de línea dura del conservador gobierno surcoreano, que interrumpió los envíos de asistencia y la condicionó a que Norcorea abandonara sus ambiciones nucleares.
Analistas dicen que Corea del Norte podría estar suavizando su tono frente a Washington y Corea del Sur en un intento por dar aire a sus arcas, vaciadas por las sanciones que Naciones Unidas le impuso por su ensayo nuclear de mayo y frente a la amenaza de una cosecha escasa.
El enviado estadounidense Stephen Bosworth, podría dirigir una delegación que primero iría a Corea del Sur, China y Japón para discutir las detenidas charlas a seis partes sobre desarme norcoreano antes de dirigirse a Pyongyang, señaló el diario JoongAng Ilbo, citando a una fuente diplomática de alto rango en Washington.
Si Bosworth llegase a ir, marcaría el primer diálogo bilateral oficial entre Corea del Norte y el Gobierno del presidente Barack Obama sobre temas nucleares.
La agencia surcoreana Yonhap hizo un informe similar citando a una fuente diplomática en Washington y dijo que el Norte extendió la invitación cuando el ex mandatario Bill Clinton fue a Pyongyang este mes para obtener la liberación de dos periodistas estadounidenses encarceladas por ingresar ilegalmente al país.
Funcionarios estadounidenses han dicho que están dispuestos a mantener charlas directas con Corea del Norte, pero sólo dentro del contexto de las negociaciones de desarme entre seis partes que incluyen a las dos Coreas, China, Japón, Rusia y Estados Unidos.
Funcionarios de los dos mayores aliados militares de Estados Unidos en la región, Japón y Corea del Sur, dijeron que iban a aceptar las conversaciones directas entre Washington y Pyongyang siempre que su aliado norteamericano consultara y coordinara con ellos.
Las conversaciones, cuyo anfitrión es China -el mayor benefactor de Corea del Norte-, fueron suspendidas a fines del año pasado y ahora Pyongyang boicotea las discusiones señalando que considera muerto a ese formato.
Philip Goldberg, coordinador estadounidense de las sanciones de la ONU para Corea del Norte, ha estado en Asia en los últimos días buscando apoyo para los castigos que apuntan a terminar con el comercio armamentístico de Pyongyang, que de acuerdo a estimaciones le proveería anualmente cientos de millones de dólares.
Analistas dijeron que las conversaciones entre las agencias de la Cruz Roja por las reuniones familiares podrían resolver otro problema, al permitir la liberación de cuatro pescadores surcoreanos detenidos desde hace semanas en Norcorea después de que su bote cruzó la frontera náutica.