Con ramos de flores, vítores y pancartas fue recibido a pie de pista del aeropuerto de Pyongyang el equipo olímpico norcoreano tras su exitoso paso por Londres 2012, donde realizaron su mejor participación tras los Juegos de Barcelona 1992.
Loa atletas aterrizaron ayer en el aeropuerto de Sunan, donde fueron recibidos por una multitud formada por "entusiastas ciudadanos", y entre los que se encontraban importantes miembros del Gobierno del hermético régimen comunista, detalló un despacho emitido por la agencia de noticias norcoreana, KCNA.
El equipo olímpico de Corea del Norte, formado por 56 atletas, cerró su participación en Londres 2012 con cuatro oros, uno en judo y tres en halterofilia, y dos bronces, en halterofilia y estilo libre de lucha, lo que le situó entre los 20 mejores países.
Tras aterrizar en Pyongyang, los atletas fueron trasladados en autobús por la ciudad para saludar a la "calurosa multitud" en un recorrido por las principales avenidas de la capital, al tiempo que rindieron homenaje a los retratos de los fallecidos Kim Il-sung, fundador del país, y su hijo y padre del actual líder, Kim Jong-il.
Además, el régimen del joven líder Kim Jon-un, ofreció un banquete a los deportistas, definidos como el "orgullo" del país y "un gran estímulo para el pueblo coreano", tras cosechar cuatro medallas de oro que "glorifican la gran era de Kim Jong-un", detalló la KCNA.
Corea del Norte, que debutó en unos Juegos Olímpicos en Múnich en 1972, y no participó por el boicot político los de Los Ángeles en 1984 y Seúl en 1988, acumula en nueve participaciones 47 metales: 14 oros, 12 platas y 21 bronces.
De todos sus deportistas, el régimen destacó la actuación de Om Yun-Chol, que con sus 1,52 metros de estatura y 56 kilos de peso, levantó en dos tiempos el triple de su propia masa corporal para batir el récord olímpico de la categoría.
Tras regresar a Corea del Norte, Om atribuyó el éxito de su país en Londres 2012 al esfuerzo de los deportistas por "ser fieles al mandato de Kim Jong-il, y honrar el profundo amor y confianza mostrada por el mariscal Kim Jong-un", señaló el despacho de la KCNA.
La gran hazaña de Om provocó que muchos jóvenes del país ahora estén deseosos de convertirse en levantadores de pesas, algo que se ha reflejado en el incremento de las solicitudes de entrada en las escuelas de halterofilia del país.