El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, reiteró su apoyo a los diálogos entre el Gobierno colombiano y las FARC, al considerar que si se concreta la paz traería beneficios para su país y en general para América Latina.
En una entrevista emitida este miércoles por la televisión pública de Bogotá, Correa señaló que la apertura de los diálogos de paz que se realizan en Cuba, son "una de las noticias más felices de las últimas décadas para nuestra América".
Acotó que su país aboga porque se acabe la "violencia fratricida" y que Colombia alcance la paz porque "sentimos como en carne propia lo que le pasa a Colombia" que es como si le ocurriera "a un ecuatoriano".
En la entrevista con Canal Capital, de Bogotá, en la que el exjuez español Baltasar Garzón y el periodista Pedro Medellín oficiaron como entrevistadores, Correa señaló que Ecuador necesitaría menos recursos y fuerza pública para custodiar la frontera.
"Tenemos una frontera común de 600 o 700 kilómetros que nos cuesta cerca de 120 millones de dólares anuales cuidarla". Además, dijo, su país tiene en la zona cerca de 8.000 soldados y 3.000 policías.
Sin el conflicto armado interno en Colombia, dijo Correa, la frontera la podrían cuidar con unos 2.000 o 3.000 efectivos.
"Nos ha costado (el conflicto colombiano) muchas vidas humanas del lado ecuatoriano.
Por eso, remarcó que la resolución de esa situación sería de gran beneficio en todos los órdenes para Ecuador aunque por Colombia están "felices de que se acabe esa guerra fratricida".
Reiteró, igualmente, que en pleno siglo XXI no hay campo para llegar al poder a través de las armas al recordar que quienes escogieron ese camino "lo único que lograron fue exacerbar la pobreza, la miseria, la desigualdad, la violencia".
Correa matizó que por eso la "izquierda moderna" se hizo en Ecuador, de la que dijo, "se está repitiendo en toda nuestra América", en donde "sus balas son los votos, sus soldados son los ciudadanos".
El mandatario ecuatoriano dijo, además, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) deben integrarse a la vida política colombiana a través de propuestas y tratar de convencer "a los electores de que son alternativa".
De otro lado, Correa cuestionó nuevamente la política mundial antidrogas y abogó por un cambio de estrategia para combatir el fenómeno.
"Es claro que ha fracasado, es claro que es bastante asimétrica" y que en el modelo actual de lucha contra las drogas "nosotros ponemos los muertos y ellos ponen las narices, entonces se ataca a los productores y no se ataca al consumo, claro, es evidente que hay que cambiar la estrategia", enfatizó.
Reiteró que el "narcotráfico es un crimen contra la humanidad" y que por ser un delito trasnacional "requiere respuestas regionales" y calificó de "inaceptable" que haya grupos armados que se financien por ese medio.
Por último, el gobernante dijo que Ecuador no olvida el pasado, en referencia al ataque de Colombia (2008) a un campamento de las FARC en Ecuador, en el que murió alias "Raúl Reyes", pero que su país mira el presente y el futuro con el ánimo de lograr el progreso para las pueblos.