Se escucha el sonido de la lluvia torrencial golpear de manera permanente la carpa. "Vamos a tener que desmontar con esto", dice Patrick Flynn, Company Manager de la obra, mirando al cielo, con una sonrisa resignada. Son los últimos días de Corteo, el espectáculo del Cirque du Soleil en Porto Alegre, Brasil. En un par de días, todo debe estar guardado para empezar el viaje a Córdoba, luego a Buenos Aires y, el 19 de agosto, llegar finalmente a Santiago. Durante los próximos días, aún sin haber terminado todas las funciones, deben empezar a desmontar lo que se pueda para agilizar el proceso. Lluvia o no.
Cerca de la hora del show, los artistas de Corteo aparecen entre medio del público. Desfilan frente a los cerca de dos mil sorprendidos espectadores, hacen humoradas e, incluso, un par de acrobacias en los pasillos. Cuando desaparecen, se apagan las luces. Una marcha fúnebre suena mientras se levanta el telón, revelando la escenografía de inspiración italiana. En una cama yace el personaje principal, Mauro, un payaso que mira su propio funeral, sin la claridad de lo que es fantasía y lo que es realidad. En escena entran sus compañeros: un maestro de ceremonias, un payaso blanco, un hombre gigante, una pareja pequeña y más. Rápidamente, la fantasía se transforma en los característicos actos acróbatas y musicales que caracterizan al Cirque du Soleil.
"El funeral de un payaso. Menudo tema para un circo ¿no?", dice soltando una carcajada Bruce Mather, director artístico del espectáculo. "Pero no es un funeral mórbido. El payaso recuerda su vida: los buenos momentos, los locos, los amores, la juventud, la niñez. Las cosas que nos marcan", agrega. Corteo es uno de los espectáculos más teatrales del Cirque du Soleil. El personaje de Mauro tiene varios diálogos (en una mezcla de italiano con el idioma del país donde se presenta) interactuando con sus amigos, los ángeles que rodean su muerte. "Corteo rompe con el modelo del circo al llevarnos a un lugar específico, Italia, en una época específica. Los otros espectáculos del Cirque se desarrollan en lugares y épocas históricas ficticias", explica el Company Mannager Patrick Flynn.
El vestuario y el maquillaje del show también responde a la estética italiana renacentista. "Es bastante natural, muy real, tanto en el diseño como en la fábrica de los trajes", señala Ellen Flatters, jefa de vestuario del show, agregando: "Tanto la ropa como el maquillaje son muy naturales, sin mucho exceso". De hecho, la mayoría de los payasos en escena, incluyendo al protagonista, no tienen la cara con el clásico maquillaje blanco. "Para nosotros, un payaso no es el típico señor con la nariz roja que se cae y todos se ríen", dice Bruce Mather. "El payaso es una persona cualquiera que tiene un punto de vista diferente a los demás. Tienen un ángulo poético para entender la vida. Y nos enseñan el absurdo. Lo bueno y lo malo, lo ridículo y lo complicado. Es un don para compartir con los demás".
Pero siendo un espectáculo del Cirque du Soleil, Corteo no permanece todo el tiempo con los pies en la tierra. "Cuando uno está soñando, la lógica no tiene mucho que ver" dice Mather. Así, por el escenario pasan mujeres volando en candelabros que se mueven como si bailaran, camas saltarinas, caballos que actúan como personas, una marioneta humana e, incluso, una lluvia de pollos de hule. Probablemente el acto más aplaudido sea la intervención de la pequeña payasa Valentina, quien flotando en globos de helio gigantes acompaña a Mauro en un segmento cómico donde la participación del público es clave.
El escenario también es especial para este show, ubicándose al medio de la carpa de 2.500 espectadores aproximadamente, con una visibilidad de 360 grados. La banda en vivo, de siete músicos y dos cantantes, se ubica en cuatro puntos distintos.
El equipo permanente de Corteo está compuesto por cerca de 140 personas, de los cuales 60 son artistas. Además, en cada ciudad donde aterriza el show se contratan cerca de 150 personas de dicho país, para diversas funciones. Ahora llegarán a Chile, y los miembros del equipo confían en que Corteo siga siendo un éxito. "Lo bonito es que nuestros espectáculos hablan da la humanidad", concluye Flynn. "Puede salir bien en Chile o en Alemania o Japón".