Cote de Pablo, actriz de Los 33: "En esta película me encontré trabajando con gente a la que admiré toda la vida"
La chilena avecindada en Estados Unidos debuta en la pantalla grande en la cinta sobre los mineros de la San José, que llega a los cines locales el 6 de agosto.

Cote de Pablo se larga a reír. La actriz está sentada en un salón del hotel Marriott para hablar de Los 33, la película sobre el rescate de los mineros atrapados en la mina San José, y en este minuto recuerda parte importante de la preparación para su papel en la cinta: “Tuve que comer desaforadamente”, comenta entre risas y explica: “Mi personaje es una mujer que está embarazada, así que tuve una pequeña preparación física en cuanto a kilitos de más y cosas así, lo que siempre es entretenido para un actor. Porque no puede salir una anoréxica con una guatita, no es normal”.
Claramente, eso no fue lo más interesante de este rodaje que tiene a Chile como escenario de la tragedia y a ella representando a Jessica, la esposa del minero Alex Vega, quien es interpretado por el español Mario Casas. Un personaje que recoge las historias de varias mujeres de los mineros y las convierte en una sola. El rol llegó a la vida de De Pablo cuando había dejado su papel protagónico como Ziva David en NCIS, el drama más visto en la TV de Estados Unidos.
“Como actriz, y más que nada como persona, fue un encuentro de sanación bastante grande. Yo había salido de una serie, había dejado una cosa bastante importante, una etapa de mi vida muy grande. Esta película salió un poco de la nada. Yo estaba de vacaciones y creo que de alguna u otra forma lo había manifestado, lo había pedido. Y de la noche a la mañana me encontré trabajando con gente a la que admiré toda la vida”, cuenta la actriz sobre el grupo de personas con quienes compartió hotel por dos meses, lo que generó una estrecha relación.
“Me tocó compartir con Juliette (Binoche), Gabriel Byrne, Rodrigo Santoro, Kate del Castillo y (la directora) Patricia Riggen. Entonces, nos veíamos todos los días en la mañana, tomando desayuno... y muchos días en los que no estábamos trabajando. Hubo un encuentro entre todos, se dio una cosa muy rica. Pudimos hablar de la vida, analizar cosas, compartir, reír, llorar: fue muy lindo”, relata.
El proyecto cautivó a De Pablo no sólo porque significaba su debut en la pantalla grande. Además, estaba la historia que se muestra y el hecho de que se trata de Chile, el país que dejó cuando tenía sólo diez años.
Junto con esto, le gusta que haya un reparto grande y que, a pesar de que hay grandes estrellas, todos los personajes cuentan una parte de esta versión ficcionada de lo que ocurrió en la mina y en la superficie: “Todos dan información de una historia que es conocida internacionalmente y todos tienen un papel clave en contar ciertas cosas. Esa es la parte que a mí más me gustó. No es que una persona tuviera que llevar la película: hay varias personas que tienen momentos maravillosos y eso es bien especial”.
Sobre su partida de NCIS, cree que todas las transiciones son para mejor a pesar de lo complejo que fue hacerlo: “Fueron decisiones difíciles, significó dejar una familia, un elenco; fue dejar de alguna u otra forma una seguridad increíble. Fue dejar la serie número uno de Estados Unidos, con 20 millones de espectadores. Fue dejar a los fans. A mí nunca se me van a olvidar los fans, yo siempre sentí el cariño, siempre sentí el apoyo”.
Tras su salida fue parte de la miniserie The dovekeepers, una historia de judíos poco tiempo después de Cristo. Admite que se ha tomado su tiempo en elegir papeles y que eso tiene que ver con su trabajo en NCIS, algo que le dio una “estabilidad fantástica”. Al respecto, explica: “Tengo una de esas pequeñas suertes en el mundo, trabajé mucho tiempo y me puedo dar el gusto de esperar cosas que puedan ser interesantes. Para mí, un papel interesante no tiene que ser un papel protagónico ni mucho menos, sino que me tiene que mover el corazón”.
¿Se sintió poco apreciada en NCIS?
Siempre me sentí apreciada, siempre me sentí querida. Eso no fue nunca un problema. Yo creo que llega un minuto como actriz en el que uno quiere hacer otras cosas y uno se encuentra con el miedo, obviamente, de dejar la estabilidad y de tirarse a la piscina y decir “Bueno, ¿ahora qué?”. Yo creo que hay que encontrarse con los miedos. Hay que encontrarse con eso de “¿Qué vendrá? No lo sé”.
¿Siente que esta película es el trampolín para otros trabajos interesantes?
No sé si tomo las papeles porque van a llevar a otras cosas. Yo en este minuto estoy pasando por una tranquilidad increíble. Si llegan cosas maravillosas, fantástico. Tampoco creo que sea importante decir: “Esto es lo único que voy a hacer en la vida”. Porque también he hecho otras cosas, he tenido una carrera súper rica y si en algún minuto cambio de parecer, no voy a tener ningún problema. Si es que en algún minuto digo, “Conocí a la persona de mi vida y quiero tener hijos”, y quiero separarme de esta realidad por un tiempo, quiero ser consecuente con lo que esté pensando en ese instante.
Entonces, ¿no le asustan las posibles consecuencias de tomarse su tiempo ?
Ningún susto, ningún susto.
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