Sergio Marchionne, máximo responsable ejecutivo y arquitecto de la fusión que dio origen a Fiat Chrysler Automobiles NV, tocó triunfal la campanada de cierre en la Bolsa de Valores de Nueva York la semana pasada para marcar el debut de la compañía. Los inversionistas de Wall Street no estaban realmente escuchando.
Los inversionistas europeos han dominado el comercio en el séptimo mayor fabricante de automóviles del mundo, a pesar de que la oferta primaria de FCA se desplazó a EEUU. Desde el inicio el 13 de octubre, el volumen en su mercado tradicional de Milán es de alrededor de 7 veces mayor que en Nueva York, con cerca de 18,6 millones de acciones cotizadas diariamente en promedio en Italia, en comparación con 2,5 millones en la Bolsa de Nueva York.
"Los inversionistas estadounidenses claramente están todavía en un modo de espera sobre FCA, mientras que en Milán las acciones sigue siendo de una de las empresas emblemáticas", dijo Vincenzo Longo, estratega de IG Markets en Milán. "El volumen de FCA en Nueva York es irrelevante".
El comienzo tibio en Wall Street hace que la reunión de la junta de la próxima semana y las rondas de presentaciones posteriores sean críticas para los inversionistas en tanto Marchionne trabaja para hacer de la combinación de Fiat con sede en Italia y del ícono de Detroit, Chrysler, un competidor más fuerte en la industria automotriz global. El directorio de FCA se reunirá el 29 de octubre y discutirán el financiamiento, incluyendo la posibilidad de vender nuevas acciones. Una vez que el plan esté en marcha, Marchionne y el máximo responsable financiero, Richard Palmer, se irán de gira.
"Vamos a entrevistar a los inversionistas estadounidenses en noviembre", dijo Marchionne a principios de este mes en el Salón de París. "Le dije al CFO Palmer que preparara un par de mudas de ropa".
Ganar el apoyo de la comunidad financiera de Nueva York facilitaría los esfuerzos de Marchionne para financiar un programa de inversión de 48.000 millones de euros (US$62.000 millones) durante todo 2018. El plan se centra en la expansión de la marca Jeep y la fabricación de automóviles de lujo Maserati y Alfa Romeo en Italia para la exportación a todo el mundo. El objetivo es incrementar cinco veces el ingreso neto, a unos 5.000 millones de euros.
Mientras Marchionne insiste en que FCA, que arrastra casi 10.000 millones de euros de deuda neta, no necesita recaudar capital para la expansión, ha dicho que podrían venderse nuevas acciones para reforzar el balance de la empresa, que se ha vuelto dependiente de la demanda en EEUU en medio de pérdidas en Europa.
"Técnicamente, no necesitamos capital", dijo Marchionne en una entrevista con Bloomberg TV desde la Bolsa de Nueva York.. "Podemos emitir algunas como seguridad para que, en caso de que se produjera una desaceleración en la industria por la razón que sea, estemos protegidos".
"Hasta que no se consiga una base de accionistas más grande en los EE.UU. y se eduque a los inversionistas de América del Norte, no se verá un gran aumento" en la cotización de FCA en Wall Street, dijo Richard Hilgert, analista de Morningstar Inc. en Chicago. "Apuntar a tener un mayor volumen en los EE.UU que en Italia es un proyecto a largo plazo".