En estos días Courtney Love (45) puede decir que para ella las cosas están estables, dentro de lo frágil que puede sonar esa palabra en su convulsionado mundo. El sólo hecho de que la cantante haya terminado un disco, es un gran paso para una mujer que en los últimos años anota casi sólo escándalos. Como el que la tuvo, en 2003, rompiendo vidrios de la casa de su ex novio y ex mánager, Jim Barber.

El asunto le costó caro: la corte de Los Angeles presentó cargos en su contra por posesión de sustancias prohibidas y perdió la custodia de la hija que tuvo con el fallecido líder del grupo Nirvana, Kurt Cobain. En octubre de ese año Frances Bean -que hoy tiene 17- pasó al cuidado de la madre de Cobain. Después recuperaría a su hija en medio de un largo proceso de rehabilitación que, luego de varias recaídas  -en medio volvió a perder la tutela de Frances Bean-, hoy parece encaminarse en mejor forma.

Love está de vuelta en las pistas con un álbum que la llevó a revivir a Hole, la banda que la hizo famosa en los 90 y que terminó abruptamente en 2002, tras años de un bullado enfrentamiento económico con Universal Music.

Nobody's daughter es el cuarto álbum del grupo de los ocho millones de copias vendidas y con su lanzamiento, el próximo lunes, romperá con más de una década que pasó desde la salida Celebrity skin (1998). Después de cinco años de un trabajo marcado por intermitencias, "la chica más escandalizadora del rock" -según la etiquetó la revista Rolling Stone-, logró dar con una colección de 11 canciones que tiene como primer adelanto al sencillo Skinny little bitch.

Una distorsionada base de guitarras, la clásica voz gastada de Love y un agresivo remate que recuerda a Nirvana, marcan el sencillo promocional del disco que podría convertirse en la revancha de la rubia cantante después del rotundo fracaso de su primer álbum solista, editado en 2004.

Entonces, Courtney Love estaba totalmente dominada por sus adicciones y por una desesperada búsqueda de millones de dólares supuestamente perdidos del patrimonio de Kurt Cobain, un asunto que la mantiene obsesionada hasta ahora.

Apoyada en las colaboraciones de su ex novio y líder de The Smashing Pumpkins, Billy Corgan, y la cantautora Linda Perry (4 Non Blondes), la fundadora de Hole juntó material, en donde, entre otros temas, cita su proceso de rehabilitación. Lo hace en Loser dust, una canción anticocaína.