Con absoluta cautela han avanzado las conversaciones entre la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). El miércoles 11 de diciembre culminó la primera fase del diálogo que se activó a mediados de año y que se realizó en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde representantes técnicos de ambas entidades discutieron las materias en las que consideran se deben introducir reformas.
En las próximas semanas, según fuentes que formaron parte de las conversaciones, comenzaría una etapa de discusión política para evaluar la factibilidad de presentar una propuesta al nuevo gobierno.
"Puede que sea a través de un documento que presente los puntos de consenso o alguna otra fórmula. Si ambas partes estamos de acuerdo en que se necesitan profundas reformas laborales, es una señal potente para el gobierno de que hay que concretarlas. Así como la movilización es una herramienta que permite visibilizar la demanda, el diálogo es un capital, porque permite legitimar con mayor fuerza los cambios", asegura Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT. La líder de la multisindical enfatiza que esperan que "este sea el año de las reformas laborales", por lo que buscarán generar las instancias para ello.
Desde el empresariado admiten que esperan fijar este mes un cronograma de trabajo. "Nuestro objetivo es que este trabajo dé frutos para poder presentárselo al gobierno", dicen.
Otras fuentes señalan que la intención ya fue comunicada a la Presidenta electa, Michelle Bachelet, durante los encuentros que sostuvo con la CUT antes de la segunda vuelta presidencial, y que la en ese entonces candidata manifestó su compromiso de de recoger las sugerencias. La disponibilidad fue ratificada por el ex subsecretario del Trabajo e integrante de la comisión laboral de Bachelet, Mauricio Jélvez, quien se mostró optimista respecto del resultado del trabajo entre ambos actores. "Creo que la emergencia del liderazgo de Figueroa y Santa Cruz puede reabrir la experiencia que tuvimos al inicio de la transición a la democracia, cuando Manuel Feliú y Manuel Bustos fueron capaces de ponerse de acuerdo en una agenda para dar gobernabilidad al país".
EL DIALOGO
Desde ambas organizaciones aseguran que existe una buena relación entre las directivas de empresarios y trabajadores y que si bien ese vínculo comenzó a forjarse tras el acuerdo de voluntades que firmaron la CPC y la CUT, a comienzos de 2012, fue el arribo de Andrés Santa Cruz a la CPC -en marzo de este año- y de Bárbara Figueroa a la multisindical -en septiembre- lo que abrió una nueva etapa de diálogo.
Las nuevas dirigencias comenzaron a explorar la posibilidad de acercar posiciones, instaurando una comisión que generalmente se reunía en la OIT, donde participaron Fernando Alvear, gerente general de la CPC; Pablo Bobic (CPC), Roberto Morales (CUT) y Fernando Carmona (CUT), entre otros, y donde también aseguran que ha asumido un rol de liderazgo el ex presidente de la CPC Rafael Guilisasti, quien preside la comisión laboral del gremio. El ex timonel de la máxima cúpula empresarial, además, encabezó el acuerdo que después del terremoto de 2010 suscribieron ambas organizaciones para proteger el empleo.
Esta vez, la idea preliminar apuntaba a buscar consensos en los tópicos laborales en los que ambos bloques consideraban necesario avanzar para presentarlos a las candidaturas presidenciales. El objetivo se concretó en octubre, durante un encuentro en el ex Congreso en Santiago, donde ambas organizaciones entregaron una serie de ideas a delegados de los comandos. Sin embargo, desde el interior de las cúpulas admitieron que al detectar que los énfasis de la campaña presidencial se concentraban en otras materias, decidieron esperar la definición de la nueva adminis- tración para retomar el esfuerzo de influir en la agenda.