El 17 de julio los seguidores de BoJack Horseman podrán ver en Netflix 12 nuevos capítulos de la serie animada -para adultos- sobre un caballo que fue una gran estrella televisiva de los años 90, y ahora es un fracasado.  El espacio cuenta con las voces de Will Arnett, Aaron Paul y Alison Brie, entre otras.

Según cuenta Raphael Bob-Waksberg, el creador de BoJack Horseman, al teléfono desde Hollywood, en este momento esá editando los últimos capítulos del segundo ciclo junto a los animadores. "Creo que esta temporada es más graciosa, atrevida, oscura y rara", asegura y cuenta: "Se trata de él haciendo una película y sobre una chica que conoce, de quien se enamora. Creo que a la gente le va a gustar esto, es un gran personaje nuevo que suma mucho a la dinámica del programa".

Pero el gran problema de este personaje es su comportamiento antisocial, que incluye abuso de alcohol, temas que está intentado superar. Bob-Waksberg dice que esto se convierte en algo importante para el personaje principal: "¿Puede ser esta nueva y mejor versión de sí mismo o está destinado a ser quien es?".

En cuanto a las diferencias que según él tuvieron el desarrollo de las dos temporadas,  comenta que aprendió a confiar en su instinto y lo que quería ver en el programa: "Las cosas en las que falla la primera temporada es donde traté de complacer a otra gente. Así que ahora me enfoqué en pensar qué es lo que quiero ver, lo que no se ha hecho, lo que sentimos que falta en otros programas y el show que queremos hacer".

Famosos en el set

Acerca de conseguir estrellas para participar del programa, que aparte de Arnett, Paul y Brie incluye a gente como Stanley Tucci y J.K. Simmons en roles recurrentes, Bob-Waksberg cuenta que no fue particularmente difícil. "El asunto fue bastante directo. Simplemente les preguntamos", cuenta y dice entender lo que motivó a los actores a ser parte del programa. "En el caso de Aaron Paul, básicamente le interesó por lo que había estado haciendo antes: un drama muy serio (Breaking bad). Y aquí está este dibujo animado un poco tonto donde podía hacer algo gracioso y mostrar un lado suyo diferente".

Por otro lado cree que,   aparte del guión, a los actores les interesó el hecho de que hacer animación es mucho más simple que los trabajos de carne y hueso: "No hay que preocuparse de los peinados o maquillaje ni hay que esperar por horas en el trailer para que partan las grabaciones: llegan a la cabina a grabar con lo que sea que estén vestidos y tienen la posibilidad de tontear por una hora o algo así, es menos presión y bastante más entretenido".