En medio del mar, un barco desaparece luego de una enorme tormenta. Pero la tripulación no tardará percatarse que la tempestad fue el resultado de una tragedia mayor: "Una tragedia que los puede ubicar como los únicos sobrevivientes en el planeta".
Así parte la historia de El Barco, la serie española emitida por Mega desde el 26 de mayo y que gracias a su éxito, comenzará a emitir su segunda temporada desde el lunes 8 de julio tras finaliza la primera el próximo domingo. De ahí en adelante, irá los lunes y martes a las 22.30 horas.
Pero desde su creación hasta el éxito, la serie debió enfrentar las dificultades de posicionar un proyecto de ciencia ficción en la televisión abierta.
Iván Escobar, creador de la serie, conversó en exclusiva con La Tercera sobre su inspiración, los detalles del proyecto y el camino sorteado hasta convertirse en uno de los mayores fenómenos de la televisión española.
"El principio, como todos, fue una auténtica locura", cuenta el guionista desde España, haciendo un espacio en su apretada agenda antes de abordar un avión a Francia. "Llegas con un concepto extrañísimo de un barco con una catástrofe mundial y lo intentas vender". De esa forma, el proyecto fue adquirido por la productora española Globo Media y posteriormente, ofrecido al canal Antena 3, donde llegaron a "convencerlos que apostaran por esta locura", reconoce.
Esa locura venía desde su infancia, cuando Iván alucinaba con las novelas de Julio Verne, La Isla del tesoro y posteriormente, con cintas como El Resplandor (1980) de Stanley Kubrick y el mundo de la serie Lost (2004).
Concretar su idea, sin embargo, demandaba numerosos esfuerzos. "Era una serie cara, invertimos millones de euros. Primero, en alquilar un barco real, el decorado, el casting. Fue una inversión brutal de entrada", analiza.
La producción arrendó el barco Cervantes Saavedra, que aún se encuentra en las costas de Valencia, España, y cuyas dimensiones bordean los 70 metros de largo, según el guionista.
Adicionalmente, para las grabaciones en interiores, se diseñó una enorme estructura emulando el barco. "Si lo vieras era impresionante: un plató de 800 metros y otro de mil metros para dar verosimilitud. Ahí estaban la cocina, los camarotes y en el más grande las bodegas, el laboratorio, la sala de maquinas: la planta baja del barco", cuenta.
El 17 de enero de 2011, sus ideas vieron la luz en el debut de El Barco. "Desde el primer capítulo, la serie causó cierta sorpresa porque prácticamente no había series de ciencia ficción". Ese día, 5 millones de espectadores quedaron capturados con la historia.
De esa forma, El Barco emitió tres temporadas y a lo largo de sus 43 episodios, mantuvo una media que superó los 3 millones de espectadores: un 17,4% de la audiencia española.
"La gran defensa de la serie es que no es solo ciencia ficción, sino que aborda dramas transversales como las dificultades de la paternidad, la amistad y el amor".
Con esas "historias universales", la producción llegó a Chile ganándose rápidamente un lugar en la programación: desde su estreno en mayo pasado, ha promediado 13,2 puntos de rating, en una estrecha diferencia con TVN (14 puntos) y quedando en tercer lugar en su horario, que actualmente lidera Canal 13 con 17,5 unidades, según cifras de Mega.
"Es maravilloso", señala Escobar y explica: "Al hacer los personajes, tratas de no era ser localista sino que los conflictos sean muy extrapolables". De esa forma, el guionista comprende el éxito internacional de la serie, emitida en 50 países y actualmente, a punto de iniciarse las grabaciones de una adaptación en Rusia. "Además se evalúa hacer versiones en Alemania, Francia y hasta en Turquía y pronto podría ser emitida además en Estados Unidos", agrega el creativo.
Actualmente, Escobar se encuentra finalizando la cinta Kamikaze, a estrenarse a principios de 2014. Junto a ello, el guionista lleva dos semanas grabando la serie Cabaret, "una producción sobre gente que vive y malvive en España, de bailarines que intentan reponerse a la crisis", revela.