En 1967, se aplicó por primera vez una prueba masiva como requisito para ingresar a las universidades que existían en el país. Era la PAA. Después de 36 años y sin muchas modificaciones entre medio, el instrumento se modificó y se creó -a partir del proceso de admisión 2004- la Prueba de Selección Universitaria (PSU), un instrumento que pasaría de medir aptitudes a examinar conocimientos del currículum. De eso han pasado 10 años y la PSU ha sido fuertemente criticada. Producto de ello, en la admisión 2013 se incluyó el ranking de notas para corregir el factor segregador que se le cuestionaba. Sin embargo, sus creadores, el director de Mide UC, Jorge Manzi, y el economista y director del Departamento de Microdato de la U. de Chile, David Bravo, defienden la validez del test.

¿El instrumento ha cumplido su objetivo? Según Manzi, las pruebas de admisión son para ordenar confiablemente a los postulantes y deben predecir el desempeño de ellos en la universidad y "la PSU lo hace". "Ha demostrado tener una mejor capacidad predictiva que la PAA y en cuanto a lo técnico es positivo", dice el académico de la UC.

Sin embargo, los tiempos PSU han sido difíciles. Así lo piensa el académico Manzi: "El instrumento no cuenta con legitimidad. El cambio desde PAA a PSU no ha sido bueno, este ha estado acompañado de polémicas y no se han solucionado, lo que genera ansiedad en los postulantes y familias", explica.

Para David Bravo "en general los instrumentos de selección deberían estar permanentemente perfeccionándose, esto le ha faltado al sistema chileno", aclara.

Asimismo, Manzi dice que la nueva institucionalidad -que empezó a ejecutarse este año y que depende del Consejo de Rectores (Cruch)- se demoró mucho en funcionar. Dicho organismo pretende, entre otras cosas, perfeccionar la PSU y generar estudios al respecto. "El cambio de PAA y PSU fue muy brusco y criticado, y desde entonces los rectores han tenido prudencia en realizar cambios. Es bueno que el Cruch haya dado el pie hacia la nueva institucionalidad, necesitamos que el sistema sea bien visto ante la opinión pública que sea percibido como un sistema legítimo. No es un problema técnico, sino de cómo estas pruebas son desarrolladas y comunicadas".

CAMBIOS
Según los expertos, lo importante es que la PSU avance en legitimizar sus procesos. Una de las críticas que más le pesan, según ambos creadores, es que es segregadora. "La PSU refleja un problema que se da en el sistema escolar, nada más" y agrega que lo que "sí sería importante es avanzar hacia sistemas de inclusión como son la cuotas". ¿Cómo? "asegurando que, al menos, el mejor tercio de los alumnos sean municipales, por ejemplo", dice Manzi. La idea es compartida por Bravo: "Sería un sistema de discriminación positiva, que aporta mucho más a la inclusión que el ranking, y es una medida a corto plazo que universidades como la de Chile y Católica han empezado hacer".

Otra de las ideas sería realizar la PSU dos veces al año. Para esto, explica Manzi, "habría que desembolsar mayores recursos, pero si por eso no hay problema se avanzaría en legitimidad".

MODIFICACIONES AL TEST
Este año el Cruch decidió incluir un apartado en la prueba de Ciencias para los alumnos técnicos y testear un set de preguntas en las pruebas de Lenguaje e Historia. Estos cambios constituyen el comienzo de una serie de modificaciones que sufrirá el test en los próximos procesos de admisión.

Al respecto, el vicepresidente del Consejo de Rectores, Juan Manuel Zolezzi, señaló que se está estudiando una nueva fórmula del cálculo del ranking para el proceso de admisión 2016. "Se ha dicho que para el proceso del año 2016 se espera aplicar el ranking puro (...). Sin embargo, ha habido algunas indicaciones respecto a revisar ese acuerdo", afirmó. Agregó que "se actualizará la tabla de conversión de notas y todas las pruebas incorporarán preguntas piloto".

Además, para el proceso de admisión 2015, por ejemplo, no se descontarán las respuestas erradas del puntaje final y la PSU tendrá dos formas con diferentes preguntas. Asimismo, vienen cambios de fondo, como es la auditoría al sistema que incluirá un convenio de transparencia y trabajo, como el organismo que ejecuta y confecciona la prueba, el Demre.

Todas estas modificaciones están encabezadas por la nueva institucionalidad que depende de los rectores y que está liderada por la directora ejecutiva del Sistema Unico de Admisión, María Elena González.