El volcán Copahue, ubicado en la Región del Biobío, es el único macizo de los 43 que son monitoreados en línea por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) que se encuentra hoy con alerta amarilla en Chile. Es decir, es el único que presenta cambios en el patrón normal de comportamiento de su actividad volcánica. El Copahue podría hacer erupción en un rango que podría ir desde semanas hasta meses.

La alerta amarilla se decretó en marzo, pero pese a ello las comunidades pehuenches que viven en las inmediaciones del macizo manifestaron su decisión de no abandonar sus propiedades en caso que se registre una erupción.

La negativa obligó al vulcanólogo del Sernageomin, Hugo Moreno, a movilizarse hasta la zona en abril  y reunirse con cerca de 200 habitantes para convencerlos que deben evacuar en caso que el nivel de alerta pase al rojo, su nivel máximo.

"Los peligros asociados a una erupción volcánica son los lahares o avalanchas y el avance de flujos piroclásticos", explica.

Entre el material que el experto exhibió se encontraba un mapa con las posibles zonas en que este tipo de material podría caer.

El trabajo de Moreno da cuenta de la  importancia de mantener informada a la comunidad sobre los riesgos de vivir cerca de un volcán.

Con el fin de potenciar esta línea de acción es que a partir de hoy cualquier persona podrá ver y descargar desde el sitio www.sernageomin.cl   los mapas de riesgo de los 43 volcanes más peligrosos de Chile, que el organismo desarrolló para definir las potenciales áreas de peligro en caso de una erupción de este tipo.

Estos 43 volcanes sonmonitoreados las 24 horas por Red Nacional de Vigilancia Volcánica de este organismo.

"Nuestra política es democratizar la información, particularmente la que permite la toma de decisiones y que sirva a la mayor cantidad de personas. La información de este tipo tiene que estar disponible, no tiene sentido que esté guardada en un cajón", señala el director del Sernageomin, Rodrigo Alvarez Seguel.

A través de esta cartografía de riesgo, que terminó de confeccionarse este año, es posible conocer las áreas que potencialmente se pueden ver afectadas por los distintos fenómenos provocados por una erupción.

Los mapas han sido entregados a los intendentes y alcaldes de las principales zonas cartografiadas y son parte del fortalecimiento de la  red de monitoreo, en la que se han invertido cerca de  3 millones de dólares en cinco años, señala Alvarez.

El objetivo de publicar en la web, dicen en el Sernageomin,  es asegurar que los mapas estén siempre disponibles, para que también sean usados por jefaturas intermedias y funcionarios profesionales que trabajan desde múltiples áreas con este tipo de información.

Los mapas tienen diferentes formas y escalas de representación que varían desde algunas muy detalladas, con distinción de cada uno de los procesos posibles durante una erupción, hasta aquellas que proponen una zonificación más simple e integrada.

Los primeros son más útiles para la planificación territorial; los segundos son  más adecuados para el manejo de crisis, donde existe una alta incertidumbre sobre los escenarios eruptivos y sus impactos y una alta presión sobre quién toma decisiones.

Michel De L'Herbe, consultor y experto en gestión de emergencias, señala que le parece un paso muy positivo la decisión de divulgar este tipo de información . "Es, sin duda, un aporte a la transparencia y al acceso a la información".

Pero sostiene  que sería importante avanzar hacia una mayor integración del sistema donde en este tipo de iniciativas la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) esté presente en el marco de un trabajo integrado entre instituciones del Estado, incluyendo a los organismos locales.

En la Onemi plantean que todos los volcanes definidos por el Sernageomin son motivo de preocupación permanente para la institución, en especial los que tienen un mayor grado de afectación a las personas, como  Villarrica y Llaima, que son los más activos de Chile.

"Contamos con 35 mapas específicos y adicionalmente un mapa general con 94 volcanes, elaborados por Sernageomin, y mapeos de peligros volcánicos", comentan.

MAPAS Y PLANIFICACION

En el país existen alrededor de 2.000 volcanes, 91 de ellos activos -43 monitoreados por el Sernageomin- que cada ocho años generan una erupción significativa, de ahí la importancia de considerar sus riesgos en la planificación territorial.

La arquitecta de la División de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda, Marcela Lara, señala que el riesgo por actividad volcánica es uno de los elementos contemplados en la legislación urbana.

Según la experta, una vez que se establece un área de riesgo en el instrumento de planificación, no se podrán extender permisos de edificación en áreas con restricciones, una norma obligatoria. "Permite poner limitaciones a los asentamientos humanos", explica. "Hay que cumplir con el uso de suelo que me permitió la norma", agrega Lara.

El problema, dice el urbanista Iván Poduje, es que la planificación territorial del país no está considerando los mapas de riesgo diseñados por Sernageomin.

A juicio del experto, no existe ningún artículo de la ley u ordenanza de urbanismo y construcciones que diga que los resultados de los estudios técnicos de riesgo son vinculantes con las normas que define un plan regulador.

"Por ello, el plan regulador intercomunal de Villarrica y Pucón no reconoce el plano de riesgo volcánico de Sernageomin", advierte.

"Si defines la zona de riesgo como norma en un plan regulador, efectivamente puedes restringir construcción. El punto, y acá esta el problema, es que nada obliga a definir esta zona de riesgo como norma en un plan regulador. Incluso si el estudio técnico lo identifica", explica Poduje.