En la capital empezó tímidamente hace cinco años. Artistas, diseñadores innovadores y todo quien tenía habilidades manuales, descubrieron la utilidad de cajas de leche, botellas de plástico, CD, cajas de cartón y varios desechos no orgánicos, y se lanzaron a fabricar objetos de diseño. En un comienzo, la manufactura era menos cuidada, pero con el tiempo esta se fue depurando y hoy se venden en ferias de diseño y tiendan vintage.

El punto de partida de esta tendencia fue el concepto de Upcycling (“supra reciclaje”), que consiste en darle nueva vida a un objeto viejo o desechado, de modo que el nuevo sea tan bueno o mejor que el antiguo.

La idea se popularizó mundialmente luego de que en 2002, el arquitecto norteamericano William McDonough y el químico alemán Michael Braungart,publicaran el libro De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas. Entonces la técnica se expandió en EE.UU. y luego fue llegando a otros rincones del mundo. Entre ellos, Chile.

“Acá la dueña de casa siempre tuvo la costumbre de reparar y crear cosas nuevas con las antiguas. Pero luego, las generaciones digitales acumularon un vacío respecto del valor de las cosas hechas con las manos”, explica la profesora del Taller de Indumentaria de la Escuela de Diseño de la UC, Paola Moreno. “Hace unos 10 años que se empezó a reflexionar en torno a rehumanizar el diseño y valorizar los objetos originales y Santiago no quedó ajeno”, agrega.

Según detalla Moreno, esta tendencia nace en contraposición a los objetos producidos masivamente por el retail, “por lo que no es sólo un tema ecológico, sino que también es una respuesta a los artículos producidos en el tercer mundo, con altos costos en la calidad de vida de sus trabajadores, para ser consumidos por el primer mundo”, agrega la académica, que de la mano de su escuela realizará, en enero, un curso de reciclaje textil, que enseñe a dar vida a prendas de segunda mano.

En Santiago, hay varios emprendedores que dan vida a objetos de diseño con desechos, entre los cuales están los siguientes.

Konvert, piezas hechas con zapatillas de lona

Fabrizzio Dasso es publicista y hace un año y medio que se dedica a reciclar zapatillas de lona en su taller del barrio Italia (Elena Blanco 935). El recolecta principalmente Converse, con la que tiene una alianza para fabricar artículos como billeteras ($ 28.000) y carteras ($ 15.000) con una estética de street wear. También recibe donaciones de zapatillas viejas para las piezas que vende en ferias de su comuna, la de MásDeco Market y la de Mini Maker Faire, que se hará el 23 y 24 de noviembre, en Matucana. Más información en facebook.com/konvert.cl.

La Bolsa Loca, enseñando a utilizar el plástico

Con su base central en Santiago Centro, tres artistas plásticas de la U. de Chile -Gisella Ramírez, Paula Martínez y Gabriela Lobos- recolectan desechos no orgánicos, como bolsas plásticas y revistas, las que a través de la técnica de “trenzado” dan vida a bolsas. Hace dos años que empezaron con su emprendimiento y también manejan el termofundido de plástico, con el que reutilizan polietileno de baja densidad (bolsas plásticas) para dar vida a baberos,. Con los envases de helado o de champú elaboran maceteros y hasta joyas. Se venden en http://labolsaloca.blogspot.com.

Reciclanarte, bisutería, bolsos y juguetes

A partir de cachureos varios, botellas, latas, telas, cartón y juguetes, el chef Matías Farfán, la profesora Laura Baquero y el guía de ecoturismo Alvaro Farfán fabrican accesorios, piezas de bisutería, bolsos y también juguetes, bajo la marca Reciclanarte. Empezaron hace tres años en Ibiza y un año después aterrizaron en la capital para expandir sus productos acá. Han estado en Lollapalooza y en ferias varias, como la de este fin de semana, la Eco Feria del barrio Lastarria, donde dicen vender bien. Ellos, además, se dedican a enseñar las técnicas en colegios.

Artenosanas, joyas hechas con CD

Desde 2010, Vanessa Silva recicla CD y DVD. Funde los discos en un horno eléctrico y luego los pinta, para obtener como producto aros, collares, lámparas y colgantes decorativos. Su taller central está en Quinta Normal. Ahí no sólo apila los discos que encuentra, sino que los que le regalan y que están en desuso porque están rayados. “Una vez una productora me donó 1.000 y pude hacer varias cosas, que luego vendo en ferias de diseño y en la tienda Kachivache Diseño Sustentable, en Alonso de Córdova”, cuenta.

Puro Reciclaje en Maipú, para vender en ferias

Desde hace cuatro años, el estudiante de Trabajo Social Víctor Novoa recibe en su taller en Maipú todo tipo de desechos no orgánicos. Elabora bolsos de PVC, hechos decarteles de campañas políticas. Eso, además de billeteras de tetra pack ($ 3.000) y obras de arte con antiguos discos 3 1/2 para PC, por los que cobra. Para contactarse con él hay que escribir awww.facebook.com/puro.reciclaje, pero usualmente vende sus productos en las ferias de Lastarria, el Cine Arte Alameda y la tienda vintage Media Pinta, en el barrio República.