Una reunión para analizar la contramemoria a la demanda marítima peruana, que se ventila en la corte de La Haya, sostuvo el jueves pasado el canciller Mariano Fernández con Michelle Bachelet en La Moneda.

Aunque el detalle de la conversación se ha mantenido en reserva, altos personeros de gobierno comentaron que dentro de los pasos siguientes para afrontar el juicio, uno de los temas analizados en la cita fue la idea de dar dedicación exclusiva al subsecretario de RR.EE., Alberto van Klaveren, en el estudio del diferendo. 

Hasta ahora, Van Klaveren comparte funciones como vicecanciller y agente ante el tribunal. Pero en las últimas semanas ha cobrado fuerza la idea de que abandone sus tareas ministeriales.

Altas fuentes de Cancillería sostienen que el desembarco pleno de Van Klaveren es inminente y se concretaría a fines de noviembre o en diciembre. En el Edificio Carrera, incluso, se habla de "un secreto a voces". 

En su reemplazo suenan dos nombres: los embajadores Rolando Drago (director de Protocolo) y Eduardo Araya (jefe de gabinete de Fernández).

Aunque también hay quienes precisan que aún existen algunos temas pendientes. Primero, van Klaveren debe concluir la tramitación del presupuesto y sostener, a mediados de noviembre, una cita con su par boliviano, Hugo Fernández.

Consultado sobre el tema, el canciller mantuvo el suspenso: "Esa decisión se toma en el momento que se estime conveniente. Nosotros estamos evaluando permanentemente esto. Y en el momento que nos parezca que ya llegó el día, tomaremos la decisión o no tomaremos ninguna".

Esta idea había sido defendida por los senadores Sergio Romero (RN) y Hernán Larraín (UDI). A juicio de ellos, la medida permitiría a Van Klaveren concentrarse en la defensa jurídica y coordinar las acciones políticas y comunicacionales del caso.

La contramemoria, que está en sus últimas pinceladas de redacción, debe ser presentada a más tardar el 9 de marzo de 2010.

Quienes apoyan la idea de la destinación exclusiva de Van Klaveren sostienen que, además, le permitiría dar una señal de continuidad de su trabajo, independiente de la administración que asuma en marzo del próximo año.

Sin embargo, en el gobierno hay detractores y explican que la Presidenta le ha puesto freno a la idea.

Algunos en el Ejecutivo sostienen que la redestinación del diplomático no tendría un efecto práctico. Desde 2008 que las tareas burocráticas del subsecretario son asumidas por la Secretaría General de RR.EE., repartición creada para liberar al subsecretario de la función propia de un jefe de servicio. Además, desde que Van Klaveren asumió a medio tiempo la misión en La Haya, el peso del trabajo político ha sido delegado al director de Política Exterior, Roberto Ibarra.

Igualmente, hay quienes creen que la dedicación exclusiva del agente en La Haya puede ser mal interpretada como una señal de preocupación, en circunstancias que la Cancillería ha dado mensajes de confianza.

Por lo demás, agregan que sería seguir el modelo que implementó Perú de enviar a La Haya a su ex ministro Allan Wagner, quien pese a tener dedicación exclusiva, al final ha pasado a segundo plano, pues la cabeza política de la contraparte peruana quedó radicada en su canciller, José Antonio García Belaunde.