La situación generada por las inundaciones en algunas regiones de Alemania sigue siendo dramática y, mientras que en algunos lugares el nivel de las aguas ha empezado a bajar, se espera que las crecidas alcancen también el norte del país.
Miles de voluntarios participaron toda la noche y por la mañana en las operaciones de refuerzo para impedir inundaciones más graves. El nivel del agua alcanzó el jueves 8,75 metros, por debajo del nivel récord de 2002 cuando alcanzó 9,40 metros.
En Baja Sajonia la población y los organismos de seguridad se están preparando para una crecida del Elba. En Brandeburgo, estado federado circundante a Berlín, se espera que el Elba, el Spree y el Neisse aumenten considerablemente su nivel durante el fin de semana y se cuenta con una situación crítica de varios días.
Aunque logren evitarse los desbordamientos, se prevé que el agua presionará los diques durante algún tiempo.
El presidente de la Asociación de Municipios Alemanes, Ulrich May, considera que será necesario un apoyo del gobierno federal por encima de los cien millones de euros ya anunciados como ayuda inmediata.
Unos 5.600 soldados participan en esas operaciones en las distintas regiones del país afectadas por las crecidas de los últimos días.
La canciller Angela Merkel visitó ya algunas de las ciudades inundadas en el sur y el este del país, el pasado martes.
Para este jueves, se espera una segunda visita de la jefa del Gobierno a ciudades del Este especialmente afectadas por la crecida, como Bitterfeld, ciudad que en tiempos de la República Democrática Alemana (RDA) concentró varios conglomerados químicos.
AFECTADOS
Miles de personas estaban refugiadas el jueves en los centros de emergencia en el este de Alemania para huir de las inundaciones históricas que ponen en alerta a varios países de Europa Central.
Pero los daños son por el momento materiales mientras que la catástrofe dejó al menos 12 muertos los últimos cinco días en Europa Central.
Frente a la subida del agua, miles de alemanes dejaron sus domicilios y se amontonaban en los gimnasios en donde se instalaron camas de campaña. "Llegamos a dormir unos minutos sólo y luego vinieron a despertarnos", se lamentaba una mujer, Simone Müller, en Bitterfeld (este).
La ciudad de Deggendorf, cerca de la frontera checa y austríaca, estaba casi cortada del mundo, según la prensa local.
Algunos habitantes tuvieron que ser evacuados por helicóptero de sus hogares mientras que las imágenes aéreas difundidas por los canales de televisión mostraban viviendas casi sumergidas y edificios en donde el nivel del agua alcanzaba o era superior al primer piso.
En Halle hasta 30.000 personas podrían ser evacuadas si los diques ceden y el barrio entero de Halle-Neustadt, en donde se suceden las barras de inmuebles construidas bajo el régimen comunista, podría terminar totalmente inundado. Ya se ordenó la evacuación de unas mil personas.
Cinco personas seguían desaparecidas el jueves, 20.000 fueron evacuadas en todo el país y miles de hogares están privados de electricidad, gas y agua potable.