El ritmo de la actividad manufacturera de Japón descendió en febrero desde un máximo de ocho años establecido en el mes anterior, mostró el viernes un sondeo, lo que sugiere una ligera desaceleración de la producción industrial antes de un aumento del impuesto a las ventas en abril.

El índice de gerentes de compra (PMI) de Japón elaborado por Markit/JMMA cayó a 55,5 en febrero, ajustado por estacionalidad, desde 56,6 de enero. Permaneció por duodécimo mes consecutivo sobre el umbral de 50, que divide la expansión de la contracción, pero bajó por primera vez en siete meses.

"El próximo aumento del impuesto a las ventas en abril aparentemente pondrá a prueba la actual secuencia de expansión, especialmente dada la reciente desaceleración evidente en el crecimiento de las nuevas órdenes de exportaciones, lo que indica que la actual expansión es impulsada principalmente por la demanda doméstica", dijo Paul Smith, economista de Markit.

El índice de nuevas órdenes de exportaciones cayó a 51,5 desde 52,8 en el mes anterior, su tercer descenso consecutivo.

El componente de la producción del índice PMI cayó por primera vez en dos meses a 58,4 desde 61,1 en enero, que fue la mayor lectura desde que se comenzó a publicar el dato en octubre del 2001.

El gobierno del primer ministro Shinzo Abe aumentará el impuesto a las ventas desde un 5 a un 8 por ciento en abril para pagar los crecientes costos de los beneficios sociales.

Desde mediados del año pasado, las ventas de departamentos, casas, vehículos y bienes durables han estado aumentando debido a que los consumidores buscan adquirir los artículos de alto valor antes del aumento del impuesto.

Algunos economistas están preocupados de que el alza de los tributos pueda golpear al consumo con una fuerza mayor a la prevista este año, y especulan que el Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés) podría necesitar flexibilizar su política monetaria.

Ya existen señales de que el impulso se está deteniendo, luego de que la economía creció a un ritmo mucho menor que el esperado a fines del año pasado.

Muchos funcionarios del BOJ, sin embargo, han descartado la necesidad de una política más expansiva, afirmando que el aumento de impuestos sólo tendrá un impacto temporal.