Por las más diversas razones, la posesión de un automóvil se ha convertido en una de las principales prioridades para las familias chilenas. De hecho, la Encuesta Financiera de Hogares (EFH) de 2014 (que va a actualizarse este año), realizada por el Banco Central, indica que a esa fecha, uno de cada dos hogares tenía al menos un vehículo, siendo la obtención de éste uno de los principales motivos de endeudamiento.
Lo cierto es que las ventas de automóviles crecieron durante mayo 10,8% respecto del mismo mes del año anterior, liderando el aumento interanual de 5,8% de las ventas del comercio, informada por el INE esta semana. Además, de acuerdo a la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), en los cinco primeros meses de 2017, las ventas de vehículos livianos representan un incremento de 16,2%, registrando cifras similares a las de 2011 y 2012.
Pues bien, una de las principales formas de adquirir un automóvil es mediante un crédito automotriz. Tal como su nombre lo indica, es un tipo de préstamo destinado a la compra de este bien, el que queda en prenda como garantía hasta la extinción de la deuda, aspecto que lo diferencia de un crédito de consumo convencional.
Básicamente, los oferentes de este tipo de préstamos son bancos y financieras especializadas, existiendo dos alternativas para el financiamiento de la compra: el crédito convencional y el inteligente o flexible.
Según el Sernac, el crédito convencional es un tipo de financiamiento pensado para un consumidor que da preferencia a su pago íntegro para tener el bien a su nombre. Los pagos mensuales estipulados para la extinción de la deuda son iguales en todos los periodos.
En tanto, el crédito inteligente está pensado para un consumidor que quiera cambiar su vehículo con frecuencia relativa, por ejemplo, cada dos o tres años. En este caso, el último pago mensual estipulado (el famoso "cuotón"), representa el 50% o 40% del valor del vehículo, permitiendo que las cuotas anteriores sean más bajas que en un crédito tradicional. En general, el pie mínimo requerido es de 20% y se puede pactar en 24 o 36 cuotas más el "cuotón" final (cuota 25 o 37).
* Oportunidad
Producto de la desaceleración económica, las tasas de interés se han mantenido bajas para incentivar el consumo. En ese sentido, Ernesto Muñoz, jefe nacional de negocios de la distribuidora Salfa, sostiene que "a esto se suma el importante esfuerzo que han realizado las empresas de financiamiento automotriz en aportar significativos bonos que reducen de manera sustancial el precio de los ve- hículos".
Por su parte, en Banco Falabella indican que "actualmente existe una amplia oferta para el cliente. Además, debido a las bajas de interés aplicadas por el Banco Central, los clientes pueden acceder a un valor de cuota más conveniente". En la entidad indican, además, que, dada la renovación por cambio de año, julio y agosto son buenos meses, ya que las automotoras ofrecen variados bonos de descuento.
Sin embargo, también hay quienes discrepan. Rodrigo Ibáñez, de Defensa Deudores, cree que este no es un buen momento para endeudarse, independiente de las bajas tasas que pueda haber, producto del aumento del desempleo. "Por de pronto, la morosidad en todos los sectores de la población ha aumentado, de tal manera que creemos que los créditos automotrices, que llevan implícitos una garantía que es la prenda respecto del vehículo, podrían verse afectados hacia fines de año o durante el primer semestre del próximo, y al ser créditos garantizados con la prenda sobre el vehículo, ante el no pago éste se pierde, de manera tal que podría ser una compra de la cual mañana podríamos arrepentirnos", advierte.
* Diferencias
En este tipo de préstamos existen diferencias significativas, como por ejemplo, respecto de la entidad que lo otorga o el formato.
Esto último, porque para financiar la compra de un automóvil se puede pedir tanto el ya mencionado crédito específico, como un crédito de libre disposición (de consumo). ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál conviene más? De acuerdo a Gustavo Ramírez, gerente de Productos de Banco Bice, "en lo técnico, en el crédito de consumo estándar hay cuotas mensuales iguales, mientras que en el crédito automotriz (inteligente, que es el que ofrece Bice) hay cuotas mensuales más bajas y una cuota final más alta, la cual se puede volver a financiar para mantener las cuotas bajas". Esto último implica, obviamente, la aplicación de nuevos intereses.
En cuanto a las diferencias entre pedir un crédito en un banco o en una financiera, el aspecto principal radica en los bonos de financiamiento que ofrecen las financieras. En Salfa explican que estos bonos son aportados por las empresas del rubro, y "si bien los bancos ofrecen tasas de interés más bajas, no aportan estos bonos, lo que finalmente implica que la cuota de las empresas de financiamiento resulten más atractivas, ya que no solo se enfocan en la tasa de interés".
Esta es la razón, de acuerdo a Salfa, de por qué hay un número creciente de personas que se inclinan por la alternativa de las financieras, ya que, a juicio de Muñoz, no coparían la capacidad de endeudamiento en la banca para los clientes.
"Generalmente, para obtener un financiamiento de un banco se debe ser cliente del mismo. Con el financiamiento automotriz, en cambio, los clientes pueden aplicar y obtener instantáneamente el crédito; además, el financiamiento automotriz es especializado y, por lo general, más flexible", sostiene Dino Ferdinandi, gerente general de GM (General Motors) Financial.
Por otra parte, Claudio Sepúlveda, de BS Abogados, indica que el crédito bancario puede tener un costo más bajo y, además, puede ocurrir que el banco no solicite en prenda el vehículo.
En Bice indican que "las condiciones de tasa de interés y cuotas ofrecidas por el crédito automotriz (de la entidad) no las hemos encontrado en financieras automotrices. Estas condiciones son mejores incluso cuando se consideran algunos bonos de descuento ofrecidos por financieras automotrices".
En Banco Falabella recalcan que "un crédito automotriz solicitado en un banco es registrado en el sistema financiero, lo que permite al cliente quedar bancarizado, accediendo a una mayor cantidad de ofertas. Siempre es recomendable ver alternativas, ya que puede haber diferencias en tasas y seguros importantes, que impliquen un ahorro para el cliente".
De acuerdo al sitio Comparaonline, la Carga Anual Equivalente (CAE) por un préstamo automotriz de $ 3 millones, con un plazo de 36 meses, puede variar entre 18% y 29,8%. La estadística incluye a 11 oferentes, tres financieras, siete bancos y una cooperativa.
Cabe aclarar que esto no cubre a entidades que no permiten hacer simulaciones en línea.
En tanto, según una simulación de La Tercera (con las mismas condiciones), en un banco, que en su simulador solo ofrece créditos inteligentes, la cuota mensual es de $ 66.999, mientras que el cuotón es de $ 1.600.000. En comparación, la cuota fija (crédito convencional) más barata simulada resultó ser de $ 117.942.
Sobre las condiciones necesarias para tomar estos créditos, Ricardo Matas, de la Escuela de Comercio de Santiago, indica que "se debe considerar que es común la exigencia de un 20% de pie. En ese sentido, no se sugiere pedir un crédito de consumo para financiar este pie, sino tener ese valor previamente ahorrado para evitar una mayor carga de intereses".