El planeta está perdiendo tantas especies que podríamos estar poniéndonos en riesgo. Esa es la conclusión de un análisis encabezado por el University College de Londres, que señala que la reducción de la biodiversidad en más de la mitad del mundo ha llegado a un nivel bajo el límite de lo considerado seguro.
El estudio, publicado en la última edición de la revista Science, utilizó 2,38 millones de registros de 39.123 especies en 18.659 sitios, y determinó que las praderas y estepas -pastizales templados, sabanas y matorrales-, son los biomas más afectados por la pérdida de biodiversidad en el planeta.
Se trata de las Grandes Llanuras de Norteamérica, la pampa sudamericana, los veld o praderas de Sudáfrica, las estepas de Asia y las sabanas del sur de Australia. El cambio de uso del suelo y las presiones relacionadas son los principales impulsores de problema, que está en aumento, dice el análisis.
Los investigadores calcularon el actual Índice de Integridad Biológica (BII), que determina la abundancia promedio de especies presentes originalmente, relativos a la abundancia en un hábitat no perturbado. El límite de seguridad de ese índice es 90%, pero los nuevos datos señalan que ya está en 84,6%, considerado bajo el umbral seguro aconsejable.
El límite BII se ha cruzado en 22 de 34 hotspot o puntos de mayor biodiversidad del mundo, entre ellos la ecorregión de los bosques valdivianos, la zona más biodiversa del país, cuyo índice en abundancia general está sobre el umbral (91,2%), pero cuando se trata de especies nativas baja a 88,1%, y cae aún más en riqueza en general y nativas (79,9% y 78,6%).
Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, indica que en la zona de los bosques valdivianos existen ecosistemas incluso en peligro crítico, principalmente en la Cordillera de la Costa y el valle central de la zona centro sur. "Esta situación no es menor, sobre todo considerando que los bosques valdivianos se caracterizan por su alto endemismo e incluso microendemismo, que significa que existen especies únicas en sitios muy acotados, por lo cual tiene una mayor vulnerabilidad frente a las perturbaciones que se produzcan", dice.
En términos generales, de acuerdo a WWF, en Chile se han reportado tasas de pérdida de bosque nativo de entre 3,5% y 4,5% al año. La deforestación provocada por el cambio de uso de suelo, incluyendo la sustitución de bosque nativo por plantaciones forestales, la ampliación de la frontera agrícola y la urbanización están entre los factores que han influido en la pérdida. También la degradación por extracción de leña, el pastoreo y la fragmentación del hábitat -que afecta procesos clave para muchas especies en términos de reproducción, alimentación y desplazamiento-, además de los incendios forestales.
"A estas amenazas, fuertemente asociadas a la actividad forestal y agropecuaria en la zona, se debe sumar el impacto que está teniendo la disminución de precipitaciones y el aumento de la temperatura, ambos fenómenos asociados al cambio climático", enfatiza.