Un mes y un día. Es el tiempo de sanción que cumplen hoy Joseph Blatter y Michel Platini. Tiempo en el que la FIFA no ha dejado de inhabilitar directivos, abrir investigaciones internas y comprobar cómo la justicia suiza autoriza extradiciones de sus dirigentes detenidos desde mayo.
Desde el 8 de octubre hasta hoy seis nombres más han irrumpido como aspirantes a la presidencia -uno de ellos, el de Gianni Infantino, si Platini no puede presentarse-; media docena de directivos o exdirectivos de FIFA han sido extraditados a Estados Unidos y otros tantos han sido objeto de investigación o suspensión, como Jerome Valcke, anterior secretario general.
Los 32 días transcurridos desde que el Comité de Ética oficializara la suspensión de Blatter y Platini han sido un goteo de sobresaltos en el número 20 de FIFA Strasse en Zúrich, donde la organización intenta mantener su día a día habitual,
Pero en el devenir diario no es frecuente que el primer vicepresidente tenga que asumir la presidencia de forma interina, como hizo el camerunés Issa Hayatou, ni que el Comité Ejecutivo tenga que reconfirmar que se van a celebrar unas elecciones en febrero que estaban programadas desde julio.
Quizá lo más normal, dentro del desconcierto, es que se confirmen seis aspirantes a una presidencia que Blatter deja vacante de la peor forma posible después de 17 años y en la que si nada hubiera pasado se asentaría Michel Platini, quien parecía su delfín.
Los 32 días dejan aún a ambos con 58 jornadas de inhabilitación por delante, a expensas de que prosperen sus recursos, o, en el peor de los casos, de que el castigo se amplíe adicionalmente, no más de 45 días, como contempló el Comité de Ética.
Desde entonces y sanciones aparte, la declaración de guerra entre ambos ha sido clara. Aunque ya lo era desde antes, su idéntico castigo parece haber acabado con cualquier cautela para dar paso a un "sálvese quien pueda" o un "me lo llevo por delante".
Investigados y sancionados por un pago de dos millones de francos suizos que Blatter hizo a Platini en 2011 por trabajos que el francés hizo para la FIFA en 1998, el primero acusa al segundo de ser el causante de un escándalo que no cesa.
"Lo ideó todo Michel Platini. Es algo personal". "Siempre quiso ser presidente de la FIFA", pero "no tuvo el coraje de presentar su candidatura en las elecciones de 2015". "Cada persona que dirige la UEFA se ve infectado por un virus que se llama Anti-FIFA", son frases pronunciadas recientemente por Blatter.
En el centro de su diana también ha situado a Estados Unidos, país que inició la investigación por corrupción en la FIFA y que sufrió cómo Catar le privó de la organización del Mundial 2022.
"Teníamos previsto prepararnos para dos magníficos mundiales: Rusia 2018 y EEUU 2022. Todo iba bien hasta que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunió con el entonces emir de Catar" dijo Blatter en medios rusos, en los que señaló a Platini como el impulsor de celebrar el Mundial en Catar.
"Esto mezcló cartas. Cuatro votos europeos pasaron de EEUU a Catar. En caso contrario, la solicitud norteamericana hubiera ganado por 12 contra 10", precisó.
Tampoco ha guardado totalmente silencio Michel Platini, a veces hablando claro y otras con metáforas. "Lo que más me enfada es que me metan en el mismo saco que los demás. Encuentro vergonzoso que se me arrastre por el barro. Cuando se barre hay que empezar por arriba. Cada vez que me acerco al sol, como Ícaro, hay fuego por todas partes", ha dicho.
Tras defender una renovación necesaria, Platini ha sentenciado que "si la FIFA no cambia, el FBI se encargará de que lo haga".
Así, entre declaraciones y silencios, uno y otro restan días a una sanción que les ha condicionado presente y futuro, además de aumentar la incertidumbre en el gobierno del deporte rey.