Aunque esta vez no compitió en las elecciones parlamentarias, el diputado y presidente de RN, Cristián Monckeberg, fue uno de los grandes ganadores la noche del domingo pasado. Su partido se convirtió en el más grande de Chile, luego de que obtuviera la mayor cantidad de votos y de escaños en el Senado, la Cámara de Diputados y los Consejos Regionales.
Adicionalmente, arrebató a la UDI su posición hegemónica de la centroderecha, modificando el mapa político de un sector que mantiene en alto las expectativas de que Sebastián Piñera llegue por segunda vez a La Moneda.
En estos días, Monckeberg también ha sido protagonista del debate que se ha instalado en Chile Vamos luego de que la opción presidencial de Piñera obtuviera solo un 36% de los votos, muy por debajo de las expectativas generadas en el bloque. Un golpe de realidad que obligó al comando del ex mandatario a modificar su estrategia de campaña y que tuvo como corolario la incorporación de Manuel José Ossandón, quien condicionó su apoyo al abanderado a la inclusión de propuestas que no estaban en el programa de gobierno y que van en contra de lo planteado por el propio Piñera, como por ejemplo avanzar en la gratuidad universitaria para los sectores más vulnerables. "Estoy más que dichoso, como perro con pulgas con la incorporación de Ossandón", sentencia Monckeberg.
¿El resultado de las elecciones parlamentarias refleja un cambio de eje en la centroderecha?
Desde el punto de vista de la estrategia electoral, nada quedó al azar. Tanto en la elección municipal como en esta parlamentaria, la fórmula fue la misma: buscar buenos candidatos, competitivos, que se desplegaran fuertemente en terreno, y en el caso de aquellos que no fueron a la reelección, que no fueran protegidos. Eso nos llevó el año pasado a ser el partido más votado en la elección de concejales, y ahora en las tres elecciones que competimos: senadores, diputados y cores. En lo político, vimos que la ciudadanía se siente más cómoda con un discurso más moderado, más de centro, que refleja prudencia, sentido común y la búsqueda de grandes acuerdos. Eso se ve mejor reflejado en RN que en la UDI. Y el tercer factor es el concepto Piñera en RN. Nosotros nos acoplamos a su figura y eso fue indestructible, era muy difícil echarlo abajo.
Señala que el electorado premió posturas más moderadas. Sin embargo, en la presidencial, un 8% de los votantes de su sector se inclinaron por José Antonio Kast.
En la presidencial hubo posturas extremas, tanto en la izquierda, con el Frente Amplio y los candidatos alternativos, como en la derecha con José Antonio Kast. pero hay un gran porcentaje de chilenos que votaron más por la moderación y la prudencia, lo que se ve al sumar la votación de Piñera, Goic e incluso un poquito del electorado de Guillier, que es gente que básicamente quiere hacer las cosas distintas a como las está haciendo este gobierno.
Hay otra mirada, que señala que las reformas de Bachelet fueron respaldadas, dada la votación de Guillier, Beatriz Sánchez, Marco Enríquez e incluso parte del electorado de Goic.
Nosotros no vamos a llegar a a La Moneda para deshacer lo que ha hecho el actual gobierno. Para eso mejor no ganemos la elección presidencial. Lo que queremos hacer es terminar con la retroexcavadora, y entender que Chile en cada uno de sus gobiernos hay avances. Y el gobierno de la Presidenta Bachelet en algunos aspectos tuvo avances, y lo que tenemos que hacer es corregir lo malo, los errores que ellos cometieron. Y uno de sus avances, por ejemplo, es permitir que la educación superior llegue a mayor cantidad de personas con cierto grado de gratuidad. El tema es cómo se financia, cómo se conduce el país para poder tener recursos para lograr esos objetivos. Por lo tanto, a mí no me sorprende la votación de la Nueva Mayoría o del Frente Amplio. Lo que está reflejado ahí es que la gente respalda ciertas medidas de Bachelet, pero evidentemente no está conforme con como han manejado el país en general.
¿Qué factores explican el 36% de votación que obtuvo Piñera?
Algunos se confiaron, pecaron de exceso de optimismo. Creo que la votación refleja un buen resultado pero también es un remezón para que hagamos un mejor trabajo en segunda vuelta. Sí queda claro que hay una cantidad importante de personas que adhieren al ex presidente Piñera y además se produce una diferencia importante con Alejandro Guillier. Porque el resultado del ex presidente efectivamente no es lo esperado por muchos, pero también veamos el otro lado de la moneda. El resultado de Guillier es paupérrimo, porque no se acerca a Piñera y no se despega del Frente Amplio, que tiene una postura mucho más extrema.
¿Quién pecó de exceso de optimismo? ¿El comando? ¿El candidato?
No, en general en nuestro sector y en la propia ciudadanía. Uno caminaba por la calle y la gente te decía "vamos a ganar en primera vuelta". Las encuestas daban cuenta también de una mayor adhesión a nuestro candidato. Lo que yo critico es el día siguiente de la elección, cuando empiezan a surgir los "hay que". "Hay que hacer esto", "hay que hacer esto otro", decían algunos personeros de nuestra coalición, tratando de hacerse los lindos a costa del resultado del domingo. Y lo que había que hacer era diseñar la estrategia para la segunda vuelta, que ahora ya está diseñada. Por eso creo que hubo muchos que se hicieron los lindos, que celebraron antes de tiempo, que organizaron cotillón y que ya se estaban repartiendo cargos. Eso evidentemente no fue lo correcto.
¿Por eso se renovaron las caras del comando y se decidió cambiar la estrategia de campaña?
Si. Lo que vamos a hacer para segunda vuelta es dar mayor énfasis al trabajo territorial. Eso es salir todos a la calle. En el caso de RN, eso significa desplegar al equipo titular en la candidatura presidencial. Por eso, con la incorporación de Manuel José Ossandón podemos decir que ahora sí está el equipo completo jugando un partido que, creo, lo podemos ganar. Y lo otro que tenemos que hacer es romper la campaña del terror de la Nueva Mayoría, que fue muy eficiente en amedrentar a la ciudadanía con que nosotros poco menos que íbamos a secar el mar. Y lo último es insistir con mayor fuerza que nuestro programa de gobierno es superior a la propuesta de la izquierda, que lo único que busca es el todos contra Piñera.
¿Hubo propuestas que no se aterrizaron bien?
El programa de gobierno de Piñera es infinitamente superior al compendio de Guillier. El esfuerzo que vamos a hacer ahora es llegar de mejor manera con esas propuestas a la ciudadanía.
¿Fue muy abstracta la campaña?
Presentamos ejes. Ahora vamos a salir de los ejes y vamos a avanzar en las propuestas concretas, que van a demostrar qué son los tiempos mejores. El progreso, el gobierno de unidad, la solidaridad y la clase media protegida la vamos a demostrar de manera más concreta y más palpable en lo que queda de campaña.
Hablaba de la campaña del terror de la izquierda. Esta semana, sin embargo, se acusó a su sector de iniciar una ofensiva similar, al decir que un gobierno de Guillier llevará a Chile a la situación que vive Venezuela. ¿Hay que marcar las diferencias de esa forma?
La campaña del terror de la izquierda se combate con propuestas claras de futuro. Hay que concentrarse en ese discurso.
¿Por qué no se concretó antes el respaldo de Ossandón a Piñera?
Primero, decir que costó sangre, sudor y lágrimas. Pero cada cosa a su tiempo. Cuando dijimos que íbamos a ir a primarias, nos demoramos en convencerlos a todos, pero las tuvimos finalmente. Y cuando se dijo que Ossandón debía incorporarse a la campaña era prudente dejar pasar un tiempo, por lo que había sido la campaña de primarias. Ese tiempo que se dejó pasar permitió lavar heridas, guardar los rencores, dar vuelta la página y sumarse cuando necesitamos que entren todos, que es en la segunda vuelta. Yo estoy más que dichoso, como perro con pulgas, por la incorporación de Ossandón, porque da cuenta de un partido comprometido, volcado a la candidatura del ex presidente Piñera.
¿Está bien que el candidato ceda a las peticiones que le planteó Ossandón en términos programáticos?
Si hay algo que nosotros aprendimos de nuestro primer gobierno es que había que escuchar la voz de la gente. El propio Piñera lo señaló el lunes, después de la elección. Nosotros como RN, hace bastante tiempo veníamos señalando que había que avanzar en niveles de gratuidad, pero también con responsabilidad. Esto no es novedad. El partido lo propuso y lo levantó como bandera. Avanzar en gratuidad no es un capricho de Ossandón, es una propuesta seria, responsable, que el senador la puso sobre la mesa como una exigencia necesaria para esta segunda vuelta y que cuenta con el respaldo de RN. Estoy más que conforme con que esa propuesta haya sido acogida por Sebastián Piñera y que él haya escuchado la voz de la ciudadanía. Pero, como lo dijo el propio Ossandón, para lograr más gratuidad se necesita un gobierno eficiente, que administre bien. A mi juicio, el único que puede asegurar que la gratuidad se mantenga en el tiempo, porque no está asegurada en el tiempo, es un gobierno administrado por Sebastián Piñera, un gobierno que genera recursos que permitan financiar el aumento de gratuidad. porque estoy seguro que un gobierno como el que pretende Alejandro Guillier, con la cantidad de populismo que eso conlleva, va a ser muy difícil que logre sostener en el tiempo los niveles de gratuidad a los que aspira.
¿No se abre la puerta para que, por ejemplo, José Antonio Kast vaya donde Piñera y condicione su apoyo a modificaciones importantes al programa de gobierno? Porque recordemos que el ex presidente acusó a Bachelet de "irresponsabilidad fiscal" por impulsar el aumento de gratuidad.
Si hay algo que no podemos achacarle al ex presidente Piñera es que sea irresponsable en las decisiones que toma. Finalmente, si ve un espacio para avanzar en los niveles de gratuidad es porque cree que con un buen manejo fiscal puede lograrlo. Pero también hay que decir que esto no es una lista de supermercado. Aquí hubo una propuesta seria, no solamente del senador Ossandón sino que de todo un partido, el más grande de Chile, que le está proponiendo al presidente Piñera avanzar en los niveles de gratuidad. Esto no es que el que llega toca el timbre y pide algo.
Al aceptar las condiciones que le impuso Ossandón, Piñera posiciona al senador como un factor relevante para el resultado de segunda vuelta. ¿Queda en la pole position para una eventual candidatura presidencial?
No es el minuto de hacer segundas o terceras lecturas. Es el minuto para hacer todos los esfuerzos para que el capital político de los diferentes liderazgos que tenemos se vuelque en favor de un triunfo el 17 de diciembre. Está claro que si ese triunfo se produce, figuras como Manuel José Ossandón van a quedar muy bien posicionadas, pero eso va a ser un asunto de cuatro años más.