De salida. La Presidenta argentina Cristina Fernández comienza a quemar su último tiempo en la Casa Rosada, entre la figura del "pato cojo" y la apuesta por mantener vivas las esperanzas de su bando, aunque sea con la vista puesta en las elecciones de 2019. Quedan 18 meses para los comicios de octubre de 2015 de los que debe salir el sucesor de la mandataria. Un período en que unos y otros deben definir a sus abanderados, concurrir a las primarias y competir en las elecciones generales. Y también un lapso donde un gobierno cuestionado y con bajos niveles de apoyo (25% según Management & Fit) puede convertirse en un lastre para cualquier candidato que pretenda vencer.
Este es el escenario que enfrenta la Presidenta Fernández, donde según la revista Noticias "el peronismo la deja sola y le promete un calvario hasta el fin de su mandato". Eso porque los caudillos de ese partido, incluso los que se han mantenido leales al poder K, comienzan a distanciarse de la Casa Rosada, cuando la situación económica, las restricciones, las demandas sectoriales y los problemas de inseguridad, se transforman en un claro dolor de cabeza para el gobierno. "Se va a quedar en soledad con su pequeño grupo de incondicionales", dijo esta semana el gobernador de Córdoba, el peronista opositor José Manuel de la Sota.
Sólo el lunes la Presidenta comenzaba a hablar de futuro. El próximo jefe de Estado recibirá "un país mucho mejor" y "totalmente diferente" del que recibieron en 2003. Pero fiel al estilo de los Kirchner de secretismo y de sacar de enfrente a cualquiera que les pueda hacer sombra, la mandataria no ha dado muestras de apuntar a quién podría ser su candidato el próximo año, considerando ella que no puede postularse por segunda vez consecutiva. Quien tiene parte del camino andado, es el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, quien se muestra como fiel a Cristina K, pero no es querido por el núcleo más duro del kirchnerismo. "El gobernador de B. Aires es el mejor candidato del oficialismo en los sondeos, pero el kirchnerismo está dispuesto a imponer un candidato propio, que le permita 'retener poder' tras 2015", explicó a La Tercera el analista argentino Rosendo Fraga. Por ahora, quien aparece como el favorito para esos comicios es otro peronista, el diputado Sergio Massa, pero quien hace algunos años rompió con el poder.
Así, y con la hipótesis de dar por perdida la elección de 2015, Cristina Fernández buscaría "terminar bien" su mandato. "Mantener viva la esperanza de imitar a Michelle Bachelet en 2019 para volver al poder después de cuatro años de un Sebastián Piñera local, se llame Scioli, Massa o (el alcalde de Buenos Aires, Mauricio) Macri", dice Noticias.
Y en la línea de mejorar la situación política y alcanzar al menos la línea de flotación, irían las decisiones de mejorar las relaciones con los organismos internacionales, tratar de mostrar cifras más confiables de inflación, reducir la carga estatal con el recorte a los subsidios al gas y aplacar las medidas más restrictivas para la compra de dólares. Incluso, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde dijo que estaba "encantada" de que el ministro argentino de Economía Axel Kicillof concurriera a la reunión del FMI "a discutir los avances" en el vínculo con el organismo. Kicillof dijo días después que "solo fuimos a las reuniones" ya que Argentina no tiene deuda con el Fondo.