La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, anunció hoy una reducción del 50% en los subsidios que el Estado entrega al transporte público de buses en la ciudad de Buenos Aires, en medio de una tirante relación con la alcaldía porteña.

"Ha llegado el momento de que cada jurisdicción se haga cargo de las competencias que le son pasibles", expresó la mandataria durante un acto público en el que estuvo acompañada por parte de su gabinete.

Fernández indicó que su gobierno mantendrá durante un año el 50% restante de los subsidios a las 33 líneas de buses que brindan el servicio de pasajeros en la capital del país.

La decisión de la Presidenta se conoció un día después de que el Congreso argentino, con el apoyo mayoritario de los legisladores oficialistas, votara una ley que traspasa la administración de los buses y del sistema de metro a la gestión de la ciudad de Buenos Aires.

El alcalde porteño, Mauricio Macri, se opuso durante los últimos días a tomar el control de los servicios públicos de pasajeros tras aducir que no podía afrontar el gasto que la medida significa para el presupuesto de la ciudad de Buenos Aires.

El 3 de enero último, las autoridades de ambos gobiernos habían firmado un acuerdo para el traspaso del subterráneo al ámbito porteño, pero luego Macri dio marcha atrás con el convenio al asegurar que no podía hacerse cargo de un déficit, dijo, de "1.000 millones de pesos", unos 400 millones de dólares.

Tras ganar las elecciones generales de octubre de 2011, pero antes de asumir su segundo mandato, la presidenta argentina dispuso el retiro de subsidios públicos en los servicios de agua, luz y gas a los barrios más ricos de Buenos Aires y alrededores.

El objetivo de la medida fue reducir los gastos del Estado en esa materia y distribuir el dinero a otros sectores de la administración pública.