Como responsable de los guiones de la saga Blade y -en parte- de las Batman de Christopher Nolan, David S. Goyer ha obtenido algo de reputación pluma en mano. Pero cuando se trata de controlar algo más sus creaciones detrás de cámara, como director, sus intentos tienen bien ganadas las malas calificaciones que obtiene. Este filme de terror no es la excepción.

La historia se centra en una joven que tiene alucinaciones con un pálido y ojeroso niño, las que se vuelven cada vez más reales. La respuesta está en su pasado, con un hermano gemelo que no alcanzó a nacer, la traumática muerte de su madre depresiva y una abuela que sufrió en los campos de Auschwitz. Una mezcolanza donde también entran en juego un inverosímil esoterismo nazi y ritos exorcistas judíos. Goyer comprueba su escaso talento con repetidas secuencias de espectros que se aparecen en espejos, monstruos disfrazados de personas que se delatan con bruscas medias vueltas o niños poseídos, todo envuelto con una música que más que anestesiar los sentidos arruina cualquier suspenso. Así, de terror casi nada; de acto fallido, demasiado. Una sensación que ni las actuaciones de Gary Oldman y Jane Alexander pueden apagar (Marcelo Morales).

________________________________________________________________________________ Director: David S. Goyer.
Reparto: Odette Yustman, Gary Oldman, Meagan Good, Cam Gigandet y Jane Alexander.
Duración: 87 minutos.
Género: Terror.
Producción: EEUU, 2009.
Calificación: Mayores de 14 años.