El ministro de Hacienda dijo que la Presidenta no era "efectiva" al arreglar situación del país.En medio de la gran tensión política que vive Brasil producto del escándalo de Petrobras, el estancamiento de la economía, la baja popularidad de la Presidenta Dilma Rousseff (13%), ahora salen a relucir las divisiones al interior del gobierno. Fue el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, quien lanzó una severa crítica a la mandataria. "Creo que hay un deseo genuino de la Presidenta de arreglar las cosas, a veces no de la manera más fácil, no de la manera más efectiva, pero hay un deseo genuino", señaló el ministro durante un encuentro a puertas cerradas con ex alumnos de la Universidad de Chicago en Sao Paulo y que fue revelado por el diario Folha de Sao Paulo el fin de semana.

Los diarios Folha de Sao Paulo y O Estado de Sao Paulo aseguraron ayer que Rousseff estaba "irritada" por las declaraciones de Levy, y ordenó al jefe del Gabinete, Aloízio Mercadante, que llamara por teléfono al ministro para expresarle su profunda insatisfacción. Después de enterarse que sus declaraciones se habían hecho públicas, Levy emitió un comunicado de carácter personal, según aclaró, en el que negó haber criticado a la presidenta y lamentó la interpretación que se le dio a sus dichos.

Los dichos de Levy no pasaron inadvertidos. Según medios de prensa, varios congresistas y la Presidencia consideran que podrían afectar negativamente la aprobación, por parte del Congreso, de las medidas de ajuste fiscal que el gobierno necesita implementar para intentar salir del estancamiento económico y frenar la inflación. Según la agencia Reuters, se teme, por ejemplo, que el tema cobre protagonismo hoy cuando Levy será recibido en una audiencia por la Comisión de Asuntos Económicos (CAE) del Senado con la misión de defender el plan de recorte de gastos.

El asesor de la Presidencia, Marco Aurélio Garcia dijo que "los comentarios (de Levy) de orden ideológico no ayudan" a la hora de trabajar.

Poco después, como una forma de aplacar la polémica, Rousseff dijo ayer que los comentarios fueron "mal interpretados". "No hay necesidad de crear un alboroto sobre esto. El lo explicó de manera exhaustiva", sostuvo la mandataria a periodistas tras un discurso en Capanema, en el norte del país.

Pero la polémica ya está servida y se suma a semanas de turbulencias internas que provocaron la renuncia del ministro de Comunicación Social, Thomas Traumann, el miércoles de la semana pasada. Eso luego que se filtrara a los medios un documento interno elaborado por la Secretaria de Comunicación Social después de las masivas protestas en contra del gobierno del 15 de marzo. El informe analizaba las razones de la insatisfacción de la gente con el gobierno y calificaba de "errático" el sistema de comunicación de la Presidencia. Además, a mediados de este mes, el entonces ministro de Educación, Cid Gomes del Partido Republicano del Orden Social (Pros) protagonizó una fuerte discusión en la Cámara de Diputados con legisladores oficialistas porque -a su juicio- crean dificultades al gobierno y votan con la oposición con la intención de sacar provecho. Ante esto tuvo que dejar su cargo.