Foros, ciclos, retrospectivas, exposiciones, simposios y pasadas en el cable de Ciudadano Kane, La dama de Shanghai, Mr. Arkadin y varias más. A nadie que le importe la figura y el legado de Orson Welles (1915-1985) se le ha pasado el hecho de que mañana se cumplen 100 años del nacimiento del actor, guionista y director estadounidense a quien, según Jean-Luc Godard, "todos le debemos todo". Y por ello es que en Europa y EE.UU. se están efectuando conmemoraciones de distinta especie.
Sin embargo, había algo especial previsto para el "día D": este 6 de mayo se había anunciado como fecha probable para el estreno de The other side of the wind, el mítico largometraje wellesiano rodado entre 1970 y 1976, y que ha seguido un insólito camino de cara a su finalización. Sin embargo, una fuente próxima al proyecto señaló a La Tercera que, si bien el propósito es estrenar este año, quedan aún "varios meses" de trabajo.
A los especialistas no les extrañará la noticia y alguno, como el crítico Jonathan Rosenbaum, recordará que hay mucho de inconcluso en Welles y que eso no es mala noticia. En lo que toca a su colega Joseph McBride, el asunto tiene un sabor particular. Autor de respetados estudios sobre el cineasta, aparte de biógrafo de John Ford y Steven Spielberg, el académico fue, en sus años mozos, actor de The other side…: la cinta, protagonizada por John Huston como un cineasta que muere en la noche de su cumpleaños número 70, lo muestra como un crítico petulante.
"Como nunca había actuado, dejé que me guiara. Escribimos juntos mis líneas, pero luego tuve que seguir sus instrucciones al pie de la letra", cuenta hoy McBride. "El fue el más grande director de actores en la historia del cine y me fascinó observar el cuidado y la sensibilidad con que manejaba a un reparto muy diverso, sacando lo mejor de cada quien".
Entre el cliché del artista total y el del genio que "no estuvo a la altura" de su talento, ¿cuál es el aspecto más incomprendido de Welles?
Diría que son dos: que fue un extravagante derrochador y que no hizo gran cosa los últimos 15 años de su carrera, tras volver a EE.UU. desde Europa. La leyenda del malgastador empezó con su documental latinoamericano It's all true (1942), cuando el estudio RKO lo despidió arguyendo que se había pasado del presupuesto, cuando en realidad estaba US$ 447.453 bajo el presupuesto. Ahora, la gente que piensa que no estuvo a la altura en su último período, normalmente no ha visto la mayoría de sus películas y ni siquiera han oído hablar de la mejor que hizo, Campanadas a medianoche (1966). Con frecuencia, sus cintas fueron atacadas por los comentaristas y maltratadas por los distribuidores. Welles filmó constantemente entre 1970 y el año de su muerte. No sólo The other side of the wind y Filming Othello (1979), sino también The dreamers, The magic show y el unipersonal Moby-Dick. La mañana misma de su muerte planeaba inciar el rodaje del unipersonal Julius Caesar.
¿Qué culpa tuvo en su temprana marginación de Hollywood?
Quien mejor lo expresó fue Jean Renoir: Welles era un "aristócrata". Un aristócrata que trabajó en un medio masivo y caro. No lo fue políticamente -era progresista-, sino en un sentido artístico, y eso no ayuda mucho cuando tratas de sacar adelante una carrera en un medio popular. Aún así, se las arregló para realizar un cuantioso número de obras, algunas de las cuales figuran entre los mejores filmes de la historia. No debería ser definido como un "director fracasado de Hollywood", sino como alguien que usó breve y brillantemente el sistema para sus propios fines, antes de que lo expulsaran.
Que Ciudadano Kane haya dejado de ser la "mejor película de la historia" en la encuesta 2012 de Sight&Sound, ¿la baja del podio?
A la larga las encuestas no significan mucho y, para el caso, Kane está todavía en segundo lugar. Creo que siempre será "el filme de los filmes", como lo llamó Truffaut.
¿Cuál era su idea de moderno?
Welles estuvo siempre adelantado a su tiempo y aún nos estamos poniendo al día con él. También fue clásico, y esa mixtura es estimulante. Le encantaba el teatro, el vodevil y la comedia muda. Fue un ecléctico cuyas películas rompieron convenciones y derribaron las barreras, en lo estilístico y en lo temático. Siempre estuvo probando cosas nuevas con el lenguaje fílmico. Adaptó a Shakespeare, pero de modo experimental, usando vigorosamente el medio cinematográfico en vez de hacer meras obras filmadas, como es la costumbre.
¿Ve algo wellesiano en el cine actual?
Hasta cierto punto, todos los directores se inspiran en Welles. Pero las actuales condiciones de los estudios son aún menos favorables para hacer un cine personal o para la experimentación de lo que eran en sus tiempos: hay mucho más dinero involucrado y los gustos se han empobrecido dramáticamente. La buena noticia es que, con el cine digital, hoy cualquiera puede hacer películas muy baratas. Probablemente no se darán en los cines, pero pueden distribuirse en línea y en DVD. Si estuviera vivo, Welles estaría haciendo varias películas al año.
Joseph McBride Ciclo y conversación
Guionista e historiador del cine. Ha publicado más de 15 libros, entre ellos Orson Welles: Actor and Director (1977) y What Ever Happened to Orson Welles? (2006)
De mañana al domingo 17, se realizará un ciclo de Welles en el Cine UC. El jueves a las 19.00 habrá una mesa con los críticos Pablo Marín, René Naranjo y Christian Ramírez.