Como en los tiempos de antaño, El Cruce ha vuelto a la rutina de ir al estudio, de ensayar y de asistir a reuniones para planificar su destino inmediato. El quinteto de blues, la banda más persistente y popular del género en el país, debe preparar su show del 11 de marzo en el Teatro Cariola, además de continuar la preparación de su quinto álbum, el primero desde 770, en 2008.
Tras nueve años de silencio discográfico, el conjunto mostró la semana pasada su primer adelanto, Santiago de Chile, mientras que el viernes lanzarán el lyric video, por medio de redes sociales.
Este single surge como un atrevimiento de los bluseros por experimentar con sonidos potentes: "Queríamos mostrar algo nuevo. La gente estaba esperando un blues, pero tiramos esta bomba hard rock para mostrar que hemos crecido, que hemos ampliado nuestros gustos y que nos sentimos capaces de adquirir nuevos estilos", relata Felipe Toro, vocalista de El Cruce.
La agrupación, a la par con nombres como La Rata Blusera y Magnolia, pertenecieron al intento de un nicho bohemio, a principios de siglo, por posicionar los sonidos del blues y la música negra en la escena, con una estampa local más allá de los bares y festivales gratuitos. Y a pesar que la agrupación trabajó dos años con el Sello Oveja Negra de la SCD, el plan tuvo resultados dispares.
"En general, el blues en Chile no se profesionalizó nunca, y yo creo que lo que hicimos para el género nadie fue capaz de continuarlo: de llevar un concierto a un gran estadio o de sonar en la radio. Sentimos que nuestro lugar nadie lo ocupó, y que es un lugar dentro del rock chileno también", repasa el músico.
En este camino, y haciendo un lado la vorágine, los capitalinos se tomaron un paréntesis en 2012, "proceso donde cada uno tomó proyectos diferentes y sirvió de manera individual para crecer como músicos, profesionales y echarnos de menos", precisa Toro.
Con una reformulación en sus filas, los bluseros hoy vuelven a sus orígenes independientes, conducidos por la autogestión y plazos propios. No existe una fecha prescrita o título para el nuevo disco, pero ya registran seis canciones terminadas. Y aunque el rock y la psicodelia pretenden romper con su tradición blusera, el funk, el soul y el legado de Motown también se hacen presentes en su próxima entrega.
Este ir y venir de El Cruce, tiene un único objetivo pendiente: "Volvimos para quedarnos y para internacionalizarnos, recorrer Chile, que es una gran deuda", rectifica su líder.