La peor venganza que una mujer pueda planear ocurrió en Filipinas a fines de abril. Descubrió que su marido la engañaba con la esposa de uno de sus amigos, y el odio y los celos se apoderaron de ella.
Liezel Betita vio llegar a su marido borracho a casa y cuando se disponía a acostarse en su habitación, la mujer le cortó el pene con unas tijeras.
El marido fue trasladado al hospital, pero los médicos no pudieron hacer nada ya que uno de los nervios había sido cortado "severamente".
Betita asegura que no se arrepiente. "No me arrepiento de haber cortado su pene. Es un castigo por ser un mujeriego. Estoy lista para enfrentar las consecuencias de mi acción", dijo.
Sin embargo, su venganza no termina acá, ya que decidió cocinar los restos del pene que arrancó y se los dio de comer a su amante, luego de haberla invitado a su casa a cenar. No obstante, la policía llegó al inmueble, antes de que ocurriera un hecho peor, como el asesinato de la mujer.