El 4 de diciembre del 2014, el periodista argentino Eduardo Puppo presentó a la ATP un documento de dos mil páginas de pruebas y estadísticas, en los que se acredita que Guillermo Vilas debería haber sido número uno del mundo en 1977. La solicitud buscaba que el argentino obtuviese una reivindicación deportiva, 40 años más tarde, y que, de paso, se le reconociera como el primer latinoamericano en ser el mejor del tenis, honor que todavía recae en Marcelo Ríos.
Durante marzo, se adjuntaron nuevos antecedentes a la investigación. "Hace unas horas, ampliamos el informe, con un anexo compuesto por descubrimientos posteriores que, realmente, me han sorprendido. Quiero dejar en claro que no se trata sólo de Vilas, sino de más de 1.100 jugadores involucrados en el proceso de revisión, y un porcentaje muy alto varía su posición. El 'reclamo', si así puede llamarse al estudio que ordena los números de los 70, es por todos ellos. Espero que la ATP vea con ojos de justicia la realidad de las cifras, porque lo que sucedió en cancha se reflejó en la investigación", reveló Puppo.
De hecho, esta revisión impulsada por Puppo a partir de la campaña de Vilas inspiró a Marcelo Ríos, quien solicitó ayuda a la Federación de Tenis de Chile para impugnar el título que el checo Petr Korda le ganó en la final del Abierto de Australia, en 1998. Esto, porque meses después, la ATP sancionó al europeo por haber arrojado positivo por nandrolona en una prueba de dopaje realizada en Wimbledon.