Doce años atrás, el 29 de agosto de 2005, el huracán Katrina tocó tierra cerca de Nueva Orleans, en Louisiana. Fue uno de los desastres naturales más devastadores en Estados Unidos, y el estado aún vive sus consecuencias. Según la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Katrina fue el huracán más costoso, con daños de hasta US$ 108 mil millones.
Los recuerdos de la devastadora tormenta han vuelto a la memoria de los habitantes de Louisiana. Esto, no sólo porque se cumplió un nuevo aniversario, sino porque Harvey, la tormenta de lluvia más grande de la historia del país, volvió a tocar tierra hoy en la mañana. Pero esta vez, en Louisiana.
Cinco días después de haber llegado a Houston, Texas, donde dejó múltiples inundaciones y un número de muertos confirmado en 22 según la prensa estadounidense, Harvey llegó al amanecer al estado vecino. Se estima que el impacto de la tormenta no tenga el mismo nivel de destrucción como cuando llegó a Houston, pero los meteorólogos señalan que el peligro está lejos de terminar en ambos estados.
Las comparaciones entre los dos fenómenos son inevitables. Sin embargo, a pesar de que ambos afectaron la costa del Golfo de México, han actuado de formas muy diferentes. El huracán de 2005 comenzó en las Bahamas el 23 de agosto, y luego se dirigió al oeste: Mississippi, Florida y el sur de Louisiana. En un primer momento, Katrina fue moderado y tocó tierra en categoría 1, parecía ser otro huracán más en temporada activa de estos fenómenos. Tras pasar Florida se debilitó y fue clasificado como tormenta tropical. Pero una vez que volvió al agua, ganó fuerza. La tormenta llegó hasta la frontera de Louisiana y Mississippi en categoría 3, con vientos de casi 200 km/h.
A diferencia de Harvey, Katrina fue rápido y devastador. El repentino aumento del nivel del mar, causado por los fuertes vientos, fue la mayor amenaza que vivió Nueva Orleans. Los diques se rompieron, una combinación fatal para una ciudad construida en una cuenca y con algunos sectores por debajo del nivel del mar. En pocas horas, Nueva Orleans quedó bajo el agua. En ese tiempo, la ciudad tenía 455.000 habitantes. Hoy habitan 400.000, según The New York Times.
Houston, con una población de más de dos millones de habitantes, es mayormente plana. No tiene sectores por debajo del nivel del mar y existen vías fluviales para manejar de mejor manera las inundaciones. Esto, a pesar de que según The Washington Post, el 30% del condado de Harris en Texas, hogar para más de cuatro millones de personas y que incluye a Houston y sus suburbios, está bajo el agua. Pero a diferencia de Katrina, Harvey ha sido persistente y estable, con vientos de entre 200 y 250 km/h.
El número de fallecidos en Harvey es bajo en comparación a las víctimas de 2005. Katrina fue uno de los huracanes más mortíferos en Estados Unidos, con 1.833 muertos. Además, desplazó a más de un millón de personas y destruyó 275.000 casas. Hasta el momento, 30.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en Houston, aunque la evacuación no ha sido tan caótica como lo fue en Nueva Orleans.
Pero las lluvias han sido la verdadera amenaza en Houston. Harvey realizó prácticamente un diluvio en esa ciudad, con hasta más de un metro de lluvias, más de lo que recibe en un año. Katrina produjo entre 15 y 25 centímetros, pero el gran problema fue el aumento de las aguas del mar.