Premios y cifras, aplausos en los festivales y gente en los multisalas, el honor de las críticas favorables y la gloria del boleto cortado. Estos dos conceptos pueden estar en el origen de la felicidad absoluta para un cineasta chileno. Es decir,  una película que guste a los entendidos del mundo y satisfaga a las masas  del planeta. Después de años en que sólo se supo de galardones en Europa, aparece un informe que detalla además cuánta gente va a ver películas chilenas en el extranjero.

El estudio fue elaborado por Cinema Chile, agencia que promueve el cine chileno en el exterior, y describe el comportamiento de las siete cintas locales que en el año 2013 se estrenaron fuera de nuestras fronteras. Es el primer trabajo de estas características que se hace en el país y la iniciativa se repetirá año a año con el objetivo de comparar, analizar y, en lo posible, motivar la toma de decisiones. Los números son de multisalas y no se consideran cines independientes y circuitos alternativos.

“Elegimos el año 2013, porque fue cuando se hizo evidente el éxito de la película Gloria en el extranjero. Ese mismo año No fue al Oscar y en el anterior había estado en Cannes. Por Gloria, además,  Paulina García  ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín”, explica Constanza Arena, directora ejecutiva de Cinema Chile.

Efectivamente, la cinta de Sebastián Lelio logró una cifra excepcional de 869.665 mil espectadores fuera de Chile, que contrasta con los 144.717 mil en nuestro país. De acuerdo al informe de Cinema Chile esto significa que Gloria logró seis veces más público lejos de las fronteras nacionales que acá.

Otro caso llamativo, aunque guardando las dimensiones de asistencia, es el de La pasión de Michelangelo, el filme de Esteban Larraín sobre el caso del llamado Vidente de Peñablanca. El filme protagonizado por Sebastián Ayala y Patricio Contreras acerca del emblemático hecho sociológico y policial llevó 8.218 espectadores en Chile y nada menos que 70 mil en Turquía. Es decir, una relación de un espectador nacional contra ocho en Turquía.

A pesar de las buenas cifras de Gloria y La pasión de Michelangelo, en general la tendencia es a tener un desempeño sólo discreto en el extranjero, aún en los casos de cintas con coproducción. Por ejemplo, El futuro de Alicia Scherson obtuvo 4.774 personas en Chile y 4.265 en el extranjero. Coproducida con Alemania, Italia y España, la cinta protagonizada por Rutger Hauer se basa en Una novelita lumpen de Roberto Bolaño y tuvo locaciones en Chile, Alemania e Italia.

Los productores del filme, sin embargo, no reducen todo a esos espectadores y ven  las cosas en perspectiva de las ventanas de mercado.  Afirman que aunque El futuro fue una coproducción europea encontró paradójicamente su mercado en Estados Unidos, donde aún se puede ver por AppleTV y Sundance Channel. En Europa no la consideraron jamás de su gusto, pero sí en Norteamérica donde cortó los  4.265 boletos citados en el informe.

Otro filme que entró con cifras pequeñas fuera de Chile es De jueves a domingo, de Dominga Sotomayor. Mientras en nuestro país la cinta de Francisco Pérez-Bannen logró 3.454 personas, en el extranjero hizo 3.592. “Es particular  porque  tenemos la sensación de que tuvo un gran impacto afuera al darse  en cerca 50 festivales. Creo que es bueno considerar eso también”, dice su directora.  En un nivel de asistencias aún menores se ubica La jubilada, cinta de Jairo Boisier que llevó más gente fuera que dentro de Chile: 1.500 contra 600. El productor Gregorio González, involucrado en De jueves a domingo, Gloria y La jubilada, ve las cosas así: “Uno nunca sabe cómo va a andar una película hasta que la estrena. Ciertamente que Gloria es una película mucho más ‘oreja’ que De jueves a domingo, pero nunca esperamos esta disparidad. Y la  diferencia entre el resultado local e internacional de La jubilada se explica porque, siendo una película mucho más pequeña que las otras dos, tuvo un estreno muy modesto en Chile, sólo en el Centro de Extensión UC, mientras que en Francia logró distribución con Zootrope Films, que la exhibió en varias ciudades de ese país”.

Uno de los tópicos recurrentes en el informe de Cinema Chile está el mal o nulo desempeño del cine local en Latinoamérica. Es decir, o las películas se estrenan con exigua cuota de público o simplemente no llegan más allá de la Cordillera. Al parecer, el cine chileno se entiende más con subtítulos en países que no hablan español que entre nuestros vecinos.

Una excepción es Qué pena tu familia, el tercer filme de la trilogía de Nicolás López sobre la voluble relación de Javier y Angela. La comedia llevó 192.350 personas en Chile y la no despreciable cifra de 36 mil en Perú, curiosamente es el único país vecino donde se dio en multisalas. El director explica la situación en estos términos: “No se dio en más países, porque la película se estrenó mundialmente en Netflix y de hecho hubo que apurar la exhibición en Perú por lo mismo. Netflix  se ha transformado en una plataforma muy importante para nosotros porque así evitamos el estreno en cada territorio”. El director de Sin filtro también tiene críticas al estudio: “Me parece que es un informe tardío y no se puede concentrar en un sólo año. El cine cambia muy rápido y la forma en que se piensa y se distribuye ahora es muy distinta a cómo se hacía en el 2013”.

El productor y socio de  la compañía Fábula Juan de Dios Larraín fue uno de los que ayudó en el informe de Cinema Chile y él no ve con pesimismo la disparidad entre las cifras de Gloria y el resto de las cintas locales. “Hace algunos años ni siquiera había casos de películas como Gloria o No. Lo interesante de Gloria es que es una película cuya historia podría haber pasado perfectamente en Australia o Francia. Es universal y eso tiene un mérito especial, no está asociado a un evento en particular de la historia de Chile”, dice.

Aún a pesar del buen rendimiento de la película de Lelio (detrás de la cual está Fábula), Larraín considera que el Estado debiera financiar más el cine local, sobre todo considerando su influencia fuera del territorio:  “El cine es un agente de marca muy importante. Lo que el mundo puede pensar de Chile se construye a partir de muchas ideas y entre ellas está la cinematografía. En ese sentido, me parece que el aporte del Estado es todavía poco, en especial respecto a las operas primas. Partir en Chile es muy complejo”.