Cuarón retorna a la ciencia ficción con Gravedad, el filme que abre Venecia
George Clooney es un astronauta en la cinta que llega en octubre a Chile.
Es una pareja dispareja. Como aquellas del cine de policías, donde el novato debe empezar a bailar al ritmo del veterano detective. Como en Hombres de negro o Día de entrenamiento. La diferencia es que acá todo transcurre en el espacio sideral y que no hay maleantes fuera de la cabina. Lo que hay son restos de viejos satélites, pedazos de meteoritos y basura espacial que puede poner en riesgo el impasible viaje de los dos únicos pasajeros del transbordador espacial. Ellos son la doctora Ryan Stone, la novata; y el astronauta Matt Kowalsky, el veterano.
Este esquema le sirve de mapa narrativo al director Alfonso Cuarón en su nuevo filme, Gravedad. La película es un esfuerzo de siete años de trabajo desde Niños del hombre (2006), la cinta del realizador mexicano basada en la novela de P. D. James. Si en aquel trabajo Cuarón viajaba al año 2027 para explorar una sociedad donde no había niños, ahora decide ir lejos de la Tierra para ver qué les sucede a los dos personajes de su trama.
Gravedad es un proyecto muy personal. Como pocos. No es un encargo como Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004), basada en el tercer Harry Potter de J. K. Rowling; o Grandes esperanzas (1998), inspirada en el clásico de Dickens. Por el contrario, es la primera película donde Alfonso Cuarón es el dueño de la historia original desde Y tu mamá también, coescrita con su hermano Carlos Cuarón. Aquel largometraje del 2001 se llevó dos premios en el Festival de Venecia. Siguiendo la tradición es que se entiende que Gravedad haya sido elegida para abrir el encuentro italiano el próximo 28 de agosto. En esta ocasión, Alfonso Cuarón coescribió la trama con su hijo Jonás Cuarón, un cineasta por derecho propio, que a su vez había mostrado su primer trabajo, Año uña (2007), en Venecia.
Gravedad, que costó 80 millones de dólares y fue producida por David Heyman (el mismo hombre que estuvo detrás de toda la serie de Harry Potter), llegará a salas chilenas el próximo 17 de octubre. El plan de esta superproducción, donde George Clooney interpreta a Kowalsky y Sandra Bullock es la doctora Stone, es el de la ruta al Oscar: tras su paso por Venecia, el itinerario serán los festivales de Telluride (EE.UU.) y Toronto (Canadá). Es decir, los pasos de cualquier filme que busca una entrada a la ceremonia de las estatuillas.
La película fue una experiencia ardua para su director, quien cambió de estudios (de Universal a Warner) mientras desarrollaba el proyecto. La historia luce, a primera vista, difícil para captar adeptos en las boleterías. ¿Quién querrá ver a sólo dos actores durante dos horas? La respuesta dependerá de la habilidad de Cuarón para tensionar los hilos de la trama.
En la narración, ésta es la última misión de Kowalsky antes de regresar a casa para siempre. Stone, por su parte, sólo quiere permanecer allá arriba, lejos de la Tierra.
En el primer tráiler de la cinta se ve que ambos llevan una misión de rutina fuera de su transbordador. "¿No es acaso bello este amanecer?", le dice el cosmonauta a la doctora. A los dos segundos, una ráfaga de desechos metálicos y basura estelar golpea a ambos. Pierden la conexión con su nave, despedazada en el mismo instante. Están con oxígeno para pocas horas y no tienen contacto con la Tierra. ¿Qué harán para salvar sus vidas? ¿A quién acudirán en medio de la nada? ¿Están tan solos como creen? Ahí realmente empieza la película de Alfonso Cuarón.
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