Chris Froome se desmarcó ayer de Philippe Thijs, Gregg LeMond y Louison Bobet y se encaminó en alcanzar a los escapados Merckx, Indurain, Hinault y Anquetil. No es que haya pasado ayer en las calles de París, sino que es lo que ocurrió virtualmente al confirmarse al británico de Sky como campeón de la edición 2017 del Tour de Francia.

La última etapa, como de costumbre, fue de exhibición, pero necesaria para que Froome consiguiera su cuarta victoria. La jornada tuvo partida frente al restaurante Le Reveil Matin, en Montgeron, desde donde comenzó el primer Tour de Francia, en 1903.

"Estoy feliz, cada Tour que gané fue distinto, pero este fue el más difícil", aseguró el nacido en Kenia, campeón del Tour en 2013, 2015, 2016 y 2017.

Claro que fueron diferentes, Froome arrasó en las dos primeras victorias, pero batalló duramente en 2016 contra el colombiano Nairo Quintana (12º esta vez, agotado por el Giro). Los colombianos en los últimos cinco años suman 11 podios en las tres grandes pruebas del ciclismo mundial.

En este 2017, Froome consolidó su victoria apenas el sábado, con un tercer lugar en la contrarreloj decisiva.

Sobre su ubicación en la historia, el líder del equipo Sky, quien no ganó una sola etapa en esta edición, aseguró que "es un privilegio estar tan cerca de los más grandes del Tour", en un discurso que dio en parte, la leída, en francés.

A los 32 años, Froome intentará en agosto y septiembre ganar por primera vez la Vuelta a España, que ha disputado cinco veces y en la que ha sido segundo en tres ocasiones. Tampoco ha podido vencer en el Giro de Italia.

Froome también celebró el título de Sky (equipos), mientras que el australiano Michael Matthews ganó por puntos; el francés Warren Barguil, la montaña y combatividad; el británico Simon Yates, el premio al Mejor Joven.