La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el lunes una apelación de Argentina para evitar pagar 1.330 millones de dólares a acreedores que se habían negado a sumarse a una reestructuración de deuda, dejando sin opciones judiciales al país sudamericano.
Si Argentina no llega a un acuerdo con los acreedores no reestructurados -llamados "holdouts" o fondos especulativos- y les paga al mismo tiempo que al resto de los inversores en bonos que participaron en los dos canjes de deuda, entrará en una cesación de pagos técnica.
Los acreedores reestructurados tienen cerca de 24.000 millones de dólares en deuda canjeada. El próximo pago, que tiene un período de gracia de 30 días, tiene vencimiento el 30 de junio.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha calificado a los "holdouts" como fondos "buitre" por comprar deuda con un fuerte descuento y luego demandar el pago completo, tras la crisis económica que golpeó al país.
Los fondos "buitre", encabezados por NML Capital Ltd -una filial del fondo de cobertura Elliott Management- y Aurelius Capital Management, argumentan que simplemente están tratando de que Argentina cumpla sus obligaciones y que el país tiene reservas como para pagar.
Las siguientes son algunas de la preguntas que aparecen tras la decisión, que lleva a su final a uno de los varios casos contra Argentina desde su histórica cesación de pagos a fines de 2001 y comienzos de 2002, que en esos momentos era de 100.000 millones de dólares.
¿Cuáles son los posibles próximos pasos para Argentina?
Argentina puede pedir a la Corte Suprema de Estados Unidos que reconsidere su decisión y ganar tiempo antes de que se cumpla el plazo para pagar el próximo cupón. Varios abogados dicen que las posibilidades de éxito de Argentina con esa moción son "escasas a nulas".
Argentina puede pagar a los fondos especulativos lo que consiguieron en tribunales y despejar el principal obstáculo que se interpone en su capacidad para volver a los mercados internacionales y bajar sus costos financieros.
O podría rehusarse a pagar a los fondos espaeculativos e incumplir los pagos de la deuda reestructurada, porque se le bloquearía la transferencia de los pagos a los acreedores.
La presidenta Cristina K puede comenzar negociaciones para un arreglo acordado con los fondos "buitre", quienes siguen dispuestos a sentarse a conversar.
Una cláusula llamada "derechos en futuras ofertas" (RUFO, por su sigla en inglés) impide llegar a un acuerdo en mejores términos con los fondos "buitre". La condición vence el 31 de diciembre de 2014, pero abogados que siguen el caso dicen que el hecho de que a Argentina se le haya ordenado pagar significa que puede no aplicarse, ofreciendo al Gobierno una alternativa para cerrar un trato.
¿Cuál es el impacto en los mercados emergentes del mundo y en futuras reestructuraciones de deuda?
La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre Argentina provocó una fuerte baja de sus bonos, pero apenas se sintió en otros mercados.
Argentina argumenta que un triunfo de los fondos "buitre" significará que cualquier reestructuración de deuda soberana será más difícil y que Nueva York podría ver como los bonos se emiten fuera de su jurisdicción.
El Gobierno de Estados Unidos había informado en una minuta a la Corte Suprema que una decisión contra Argentina podría hacer más difícil que los países en dificultades financieras consigan apoyo de acreedores para canjes de deuda clave. Estados Unidos no se refirió al mérito del caso en sí.
"Creo que la reacción del mercado ha sido en general encogerse de hombros, ante los argumentos argentinos de que esto desacreditará a la ley de bonos de Nueva York como fuente de capital", dijo AJ Mediratta, en Greylock Capital en Nueva York.
Mediratta dijo que los nuevos bonos emitidos han aprendido las lecciones del caso argentino, incluyendo definiciones más claras de "pari passu", o las cláusulas de trato igualitario, así como cláusulas sobre acciones colectivas que limitan la influencia de los fondos especulativos.
Moody's Investors Service había dicho el año pasado que los mecanismos de reestructuración de deuda soberana como están ahora, donde los acreedores forman comités para negociar con los gobiernos, parecen funcionar.
"El caso de Argentina es único en el contexto histórico", dijo a Reuters en enero Elena Duggar, analista de crédito soberano de Moody's.
¿Qué puede provocar en la economía argentina una cesación de pagos?
El rechazo de la Corte Suprema a escuchar el caso de Argentina contra los acreedores hace más probable una nueva cesación de pagos, pero a diferencia de 2001-2002 será por una cuestión de principios más que de necesidad.
Varios analistas dicen que el impacto en la tercera más grande economía de América Latina probablemente será limitado, a diferencia de la última vez cuando la cesación de pagos récord desató un desplome económico y financiero.
Argentina ya ha sido marginada de los mercados internacionales de crédito hace más de una década. Su deuda externa representa apenas un 13,2 por ciento de su Producto Interno Bruto.
Aún así, una cesación de pagos retrasaría el retorno del país a los mercados internacionales de crédito, algo en lo que ha estado trabajando en los meses recientes resolviendo disputas con acreedores e inversores extranjeros, ante una rápida baja de las reservas internacionales.
El crédito para empresas y organismos públicos se encarecería aún más. La incertidumbre sobre las perspectivas económicas de Argentina podrían frenar momentáneamente el consumo y la inversión, y el comercio podría sentir el impacto de la escasez de crédito.
Si, no obstante, Argentina encuentra maneras para negociar con los fonfods"buitre", podría conseguir su meta de volver a acceder a los mercados de capital en el medio plazo, resolviendo finalmente un litigio que se ha prolongado por una década.
¿Qué opciones tienen los inversores "holdouts" ahora?
Los "holdouts" seguirán esperando la siguiente movida de Argentina. Según uno de ellos, que habló a condición de anonimato, "Argentina perdió en la corte antes y seguimos esperando".
Acreedores que tenían el 93 por ciento de la deuda incumplida acordaron participar en canjes de deuda en 2005 y 2010, recibiendo entre 25 y 29 centavos por cada dólar. Los "holdouts" pueden considerar recibir sólo efectivo o una combinación de efectivo y bonos para llegar a un acuerdo.