El Ministerio de Educación de Cuba aseguró hoy que el embargo impuesto por Estados Unidos a la isla afecta negativamente a todos los niveles de su sistema de enseñanza, desde el infantil hasta el universitario, provocando carencias materiales diarias que se reflejan en el proceso de aprendizaje.
Según afirmó el asesor del Ministerio de Educación, Jorge González Corona, el embargo vigente desde hace casi medio siglo, obliga al país a adquirir su material docente en mercados lejanos, al tener cerrado el estadounidense, lo que implica un aumento en los costos de entre el 25 y 30 por ciento que deriva del mayor precio de los fletes y de los mismos productos.
"Un escenario sin bloqueo implicaría que nuestro país hubiera estado en condiciones de asignarle muchos más recursos al desarrollo de la educación", dijo González en conferencia de prensa en La Habana, señalando que el gobierno cubano dedica ya una quinta parte de su presupuesto a financiar su sistema educativo gratuito, que goza de reconocimiento internacional.
IMPORTANTES CARENCIAS
La directora general de Estadística y Planeamiento, Rosa Álvarez, explicó que las restricciones del embargo han llevado a numerosas carencias en los centros educativos, como la falta de libros de texto, de equipamiento para los laboratorios de diverso tipo, de materiales para la enseñanza de idiomas y de juguetería didáctica para alumnos de preescolar.
Igualmente, destacó la imposibilidad de adquirir en Estados Unidos sistemas de diagnóstico empleados en alumnos con necesidades educativas especiales, materiales que Cuba se ve obligado a comprar en terceros países al doble de precio.
Según Álvarez, de los 40 millones de dólares en material educativo que el país importó en 2008, casi un 9 por ciento del precio se dedicó a pagar los fletes desde mercados lejanos, duplicándose así el gasto, en comparación con lo que costaría si los mismos productos se hubieran adquirido en EEUU.
FUGA DE PROFESORES
En otro orden, Álvarez afirmó que el país se ha visto obligado a "buscar alternativas para no afectar el servicio educativo" ante la emigración de maestros. Pese a que no cuantificó cuántos profesionales de la enseñanza abandonaron el país en los últimos años, dijo que el Estado invirtió un promedio de 41 mil dólares en la formación de cada uno de ellos a lo largo de toda su carrera.
Por su parte, González afirmó que dichos profesionales han abandonado el país debido fundamentalmente a los estímulos a la emigración cubana contenidos en las leyes estadounidenses, pero aseguró que "la inmensa mayoría de los maestros cubanos permanecieron en las aulas a pesar de las difíciles condiciones económicas" impuestas por el embargo.