A través de una declaración pública, la cancillería de Cuba se refirió ayer al veto impuesto a varios personeros que pretendían viajar a la isla a participar de la ceremonia donde se otorgaría el premio Oswaldo Payá. Entre las personas declaradas "inadmisibles" por el gobierno cubano, estaba la ex ministra Mariana Aylwin y el actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, uno de los que recibiría el premio honorífico.
En el comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores defendió el veto impuesto a Almagro y descartó que Cuba regrese a la OEA.
"En cuanto a Almagro y la OEA, no nos sorprenden sus declaraciones y actos abiertamente anticubanos. En muy corto tiempo al frente de esa organización, se ha destacado por generar, sin mandato alguno de los estados miembros, una ambiciosa agenda de autopromoción con ataques contra gobiernos progresistas como Venezuela, Bolivia y Ecuador", señaló la cancillería.
"En ese período se han redoblado las arremetidas imperialistas y oligárquicas contra la integración latinoamericana y caribeña y contra la institucionalidad democrática en varios de nuestros países".
"¿Dónde ha estado la OEA, que siempre ha guardado cómplice silencio frente a estas realidades? ¿Por qué calla? Hay que ser un trasnochado para intentar venderle a los cubanos 'los valores y principios del sistema interamericano' frente a la dura y antidemocrática realidad engendrada por ese mismo sistema. Hay que tener escasa memoria para no recordar que, en febrero de 1962, Cuba se alzó solitaria frente a ese "cónclave inmoral", como lo denominó Fidel en la Segunda Declaración de La Habana. Cincuenta y cinco años después y con la compañía de pueblos y gobiernos de todo el mundo, es menester reiterar, como aseguró el Presidente Raúl Castro, que Cuba nunca regresará a la OEA", acotó.
En cuanto a la ceremonia, el gobierno cubano aseveró estuvo bajo la organización de "un grupúsculo ilegal anticubano, que opera en contubernio con la ultraderechista Fundación para la Democracia Panamericana, creada en los días de la VII Cumbre de las Américas de Panamá, para canalizar esfuerzos y recursos contra gobiernos legítimos e independientes en 'Nuestra América'"
"El plan, tramado en varios viajes entre Washington y otras capitales de la región, consistía en montar en La Habana una abierta y grave provocación contra el gobierno cubano, generar inestabilidad interna, dañar la imagen internacional del país y, a la vez, afectar la buena marcha de las relaciones diplomáticas de Cuba con otros Estados. Tal vez algunos calcularon mal y pensaron que Cuba sacrificaría las esencias a las apariencias".
En esta línea, la declaración plantea que "al conocer de estos planes y haciendo valer las leyes que sustentan la soberanía de la nación, el gobierno cubano decidió negar el ingreso al territorio nacional a ciudadanos extranjeros vinculados con los hechos descritos. En un intachable acto de transparencia y de apego a los principios que rigen las relaciones diplomáticas entre los Estados, las autoridades cubanas se pusieron en contacto con los gobiernos de los países desde donde viajarían esas personas e informaron, trataron de disuadir y de prevenir la consumación de esos actos".
"Como establecen las regulaciones de la aviación civil internacional, las líneas aéreas cancelaron las reservaciones de los pasajeros al conocer que estos no serían bienvenidos. Unos pocos fueron reembarcados. Hubo quien buscó manipular los hechos en función de estrechos intereses políticos dentro de su propio país, de cara a los procesos internos que en ellos tienen lugar", señaló la cancillería.