El look oversize o XL, es un asunto de cuidado que demanda máxima creación a la hora de combinar los componentes de una tenida. No se trata de agarrar piezas varias tallas más grandes y ponérselas sin mediar criterio.

Las prendas oversize son el aliado perfecto para combinar piezas difíciles de llevar, como lo son el pantalón pitillo, cualquier clase de ropa apretada, de talle bajo, y cualquier calce tipo Yayita. La gracia de estos artículos es que equilibran el cuerpo y dan forma, por ejemplo, a una silueta angosta y entubada en la sección inferior, u holgada y generosa en la parte superior de la estampa.

Esa búsqueda natural de equilibrio evita –en los cuerpos normales– la sobrexposición de rollos y formas desagradables. Si por el contrario, todo fuera XL, inevitablemente llegaríamos al look rapero, que si bien puede gustar, probablemente no sea el anhelo de quien lee estas páginas.

Para quien tenga un ojo mucho más adiestrado, un oversize general, monocromo y bien articulado, puede resultar en un atractivo look minimal japonés. Pero para que ese estilo resulte bien, la materia prima tiene que ser de primera y el corte, impecable. De no ser así es mejor no meterse en esas aguas porque son peligrosas.