El IRA Auténtico, facción disidente del Ejército Republicano Irlandés (IRA), fue hoy señalado como el responsable de los graves disturbios registrados la pasada noche en Belfast, donde hasta 12 agentes de policía resultaron heridos.

La violencia también se extendió a otras partes de Irlanda del Norte después de que miles de unionistas participaran el lunes en las marchas con las que conmemoran la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jacobo II en la batalla del Boyne en 1690.

No obstante, fue en el norte de la capital norirlandesa donde se vieron, por primera vez en muchos años, los peores enfrentamientos entre jóvenes republicanos y las fuerzas del orden, a las que atacaron con bombas incendiarias, fuegos artificiales, piedras y botellas, según confirmaron hoy fuentes de la Policía (PSNI).

Tras el paso de los desfiles orangistas por el barrio de Ardoyne, al norte de Belfast, desde la turba republicana se llegó a disparar un proyectil real con un arma de fuego, añadió la PSNI, que respondió a los disturbios con cañones de agua, porras y pistolas eléctricas automáticas.

Según el Sinn Fein, brazo político del ya inactivo IRA, los responsables son miembros de facciones disidentes republicanas opuestas al proceso de paz.

Su presidente, Gerry Adams, condenó los actos violentos pero instó a la Orden de Orange a modificar las rutas de sus desfiles en un "pequeño número" de localizaciones, incluida la que pasa por Ardoyne, un enclave nacionalista separado de sus vecinos protestantes por la Crumlin Road, la vía por donde marchan los "orangeman".

"El IRA Auténtico, o como quiera que se hagan llamar, y otras organizaciones escindidas enviaron gente aquí con el único objetivo de causar disturbios, de teñir todo esto de sectarismo", añadió el parlamentario del Sinn Fein Gerry Kelly.

El IRA Auténtico, responsable del atentado de Omagh (1998) en el que murieron 29 personas, dos de ellas españolas, ha intensificado durante los últimos meses su campaña terrorista, que culminó el pasado marzo con el asesinato de dos soldados británicos en una base militar al norte de Belfast.

En los últimos años, la mayoría de los desfiles han transcurrido pacíficamente, incluso cuando han atravesado barrios católicos.

Además, ahora las mayoría de las rutas que siguen los unionistas son pactadas por representantes de ambas comunidades con la Comisión de Desfiles, lo que propicia que el paso de los hombres del traje negro y bombín se interprete como una concesión y no una imposición.