Fue una fecha doble en el Estadio Víctor Jara junto a Los Cafres, y esa misma semana solos en el pub El Huevo de Valparaíso: Cultura Profética llegaba a Chile por primera vez en 2007, acompañados del entusiasmo que por esos días brotaba en redes en desuso como Fotolog. Pronto pasaron a ser visita recurrente, invitados de una hinchada que llenó cada sede local para sus shows en los siete años siguientes: en el Caupolicán, en el Centro Chimkowe (dos noches), en La Serena, en el teatro La Cúpula, en un puesto al frente del cartel en el Siempre Vivo Reggae de 2011 (agotado) y, también, en el último festival Frontera como cabeza de cartel.
Ahora, la apuesta sube. El grupo de reggae de Puerto Rico volverá al país a un concierto en Movistar Arena el próximo 13 de diciembre. Las entradas aparecen a la venta desde mañana en Puntoticket.
¿Cómo es que una banda que no suena en la radio y de corta vida (18 años), sin un sello multinacional detrás, puede convocar a un escenario con capacidad para cerca de 15 mil asistentes? De la misma forma en que, por ejemplo, Gondwana suma más de 10 millones de reproducciones en YouTube para tres de sus canciones y una banda joven de Chile, como Movimiento Original, se empina sobre los ocho millones con su canción Natural. "Nada de esto pasa por los medios tradicionales. Hay un circuito latinoamericano y chileno de reggae del que la gente ni se entera. A través de las redes sociales, los jóvenes han hecho de este un presente muy sólido para el género en el continente, con bandas como Dread Mar-I o Zona Ganjah, Los Cafres, entre otros", comenta Claudio "I-Locks" Labbé, fundador de Gondwana y dueño del club Jammin', dedicado a la música popularizada por Bob Marley.
Gondwana acaba de sumar una colaboración con Cultura Profética para su sencillo Mucho verso, recién publicado, donde participa Boris Bilbraut, baterista de los boricuas.
Otro tricolor
La del reggae en Chile es una historia joven, que asoma primero en la influencia indirecta de bandas como The Police o The Clash. Más tarde, entre los auditores del programa de "Doctor Reggae" en FM Tiempo, a principios de los años 90. Lo conducía Richard Pollman, quien tuvo un grupo llamado Niyabinghy, dedicado al género. Lo mismo Mario Planet de Upa!, quien estuvo al frente de una banda de covers bautizada Tam Tam Reggae, mientras Gondwana daba sus primeros pasos hasta la explosión de popularidad que vivió en 1997 con su primer álbum. Pollman, por su parte, vive hace años en Oakland, Estados Unidos, y allí lo visitan los cultores locales del género cuando andan por el barrio.
"Esta reciente popularidad es parte de una historia que nace con la llegada de la rumba cubana a Chile en los años 30", explica el musicólogo Juan Pablo González. "Nuestra carencia -no ausencia- de 'afrochilenidad' está siendo refrendada continuamente: por el reggae, la cumbia o el hip hop, por ejemplo. Suma, también que el músico chileno siempre ha sido hábil en integrar músicas del mundo y es capaz de sonar reggae sin ser de Kingston. Y, además, que el reggae tiene una dimensión contracultural, asociada a una forma de vida y prácticas -como el consumo de marihuana- que hoy gozan de otra visibilidad".