La cumbre climática COP23, que ayer culminó en Bonn, Alemania, fue definida como la cita en que se escribiría la "letra chica" del Acuerdo de París. El objetivo principal de los casi 200 países, reunidos en Bonn durante dos semanas, era empezar a redactar el reglamento del histórico acuerdo para impedir que la temperatura del planeta aumente más de 2 °C respecto a la era preindustrial.

Sin embargo, la reunión, que estuvo marcada por la determinación previa de EE.UU. de abandonar el pacto parisino, logró solo parciales avances.

"Nunca había visto una COP con un índice de adrenalina tan bajo" explicó un diplomático europeo bajo anonimato, según consignó la agencia AFP.

"La 'pata débil' son los métodos de implementación (del Acuerdo), no solamente el acceso a financiamiento y recursos sino transferencia de tecnologías y gestión de capacidades" para ayudar a los países en desarrollo, explicó la canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, quien representa al G77 y China (134 países).

El Fondo Verde creado en la COP de Cancún de 2009 es un ejemplo de ello.

"Ya han pasado ocho años, se esperaban 100.000 millones de dólares anuales, y eso no ha ocurrido. Lo que hay en la cesta son 6.000 millones", criticó.

Por ello, mucho de lo que se pretendía lograr en la cita se postergó para la COP24, que se celebrará en diciembre de 2018 en Katowice (Polonia), una de las ciudades más contaminadas del mundo.

El presidente de la COP23 y Primer Ministro de Fiji, Frank Bainimarama, hizo un llamado a los gobiernos para avanzar de manera efectiva en el apoyo de la acción climática y finalizar el reglamento del Acuerdo de París lo antes posible. "Todos estamos obligados, por interés común, a reducir las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Es una misión de la humanidad, un símbolo del viaje que tenemos que emprender juntos. Mantengámonos en este curso, alcancemos nuestro destino", dijo.

Por su parte, el Secretario General de la ONU, António Guterres, elogió a Fiji por asumir el rol de la presidencia de la COP23, una tarea de gran peso y altamente simbólica dados los riesgos a los que se enfrentan este tipo de países debido al cambio climático. "La voz de los pequeños estados insulares que se encuentran en primera línea del cambio climático debe ser también nuestra voz".

Según expertos, esta cumbre climática fue una etapa intermedia de negociación, aclarando que el punto débil ha sido el método de implementación, sobre todo la transferencia de tecnologías y gestión de capacidades para ayudar a las naciones en desarrollo.

Pacto anticarbón

En paralelo, más de 20 países firmaron una alianza global llamada "Powering Past Coal Alliance", que tiene como objetivo eliminar de manera progresiva el uso de carbón antes de 2030. Liderados por Reino Unido y Canadá, el pacto también incluye a naciones como Francia, Finlandia y México, entre otros. La alianza apunta a tener 50 miembros para la próxima cumbre climática de la ONU en 2018. La parte negativa fue que los mayores consumidores de carbón del mundo, como China, EE.UU., Alemania y Rusia, decidieron no firmar el acuerdo.

Finalmente, se anunció que el próximo 12 de diciembre el mandatario francés, Emmanuel Macron, recibirá en París a diferentes comitivas para seguir tratando temáticas medioambientales, todos con un mismo objetivo: cuidar el planeta.

Sin embargo, a la cita no fue invitado el Presidente de EE.UU., Donald Trump. por su abierto rechazo al Acuerdo de París y sus intenciones de retirar a su país del pacto.