La Cumbre del Cambio Climático de Copenhague vivió hoy un colapso total dentro y fuera de sus recintos con la retirada del grupo de países africanos de las negociaciones en la sesión plenaria.
El grupo de países africanos acusó hoy a los países desarrollados y a la presidencia danesa de la cumbre climática de querer "asesinar" el Protocolo de Kioto, que tiene vigencia hasta 2012 y debe ser sustituido por el acuerdo que se forje en Copenhague.
Negociadores kenianos y nigerianos dijeron que su retirada no era un boicot a la cumbre, sino que quieren mostrar su insatisfacción y resaltar la importancia que tiene el Protocolo de Kioto para ellos.
El presidente del grupo, el delegado argelino Kamel Djemouai, denunció un intento por tratar de forma separada y mezclada elementos contenidos en las dos vías de negociación, la de Kioto y la de la Convención Marco de la ONU.
"Si aceptamos esta situación, firmaremos la muerte de Kioto, el único documento legalmente vinculante que existe. El próximo tratado deberá ser ratificado y hasta que entre en vigor pasarán más de los siete años que se tardaron con Kioto", dijo Djemouai en rueda de prensa.
El grupo africano ya había advertido de que no seguiría participando en las sesiones plenarias si se deja fuera el protocolo de Kioto y propuso que se organicen dos plenos con consultas informales, el primero sobre Kioto, y cuando finalice éste, se podrán tratar los temas restantes de la convención.
La retirada africana era minimizada por el secretario ejecutivo de la conferencia, Yvo de Boer, quien dijo que la presidenta de la conferencia, la danesa Connie Hedegaard, había establecido contacto con los distintos grupos de trabajo durante la mañana para coordinar la agenda.
Además, sendas ruedas de prensa de las delegaciones de EE.UU. y China, los dos países más contaminantes del planeta, previstas para hoy fueron canceladas a muy corto plazo sin explicar los motivos de la decisión.
La cita diaria de la Unión Europea con la prensa también fue aplazada sin justificación.
Por otra parte, en el exterior del Bella Center, donde se desarrolla esta cumbre del 7 al 18 de diciembre, un grupo de más de dos mil personas habían esperado más de seis horas a temperaturas próximas a cero grados por acceder al interior para acreditarse.
Los organizadores admitieron hoy que se sentían completamente desbordados y que el acceso a los recintos en los últimos días de la cumbre, coincidiendo con la presencia de los líderes mundiales, sufriría serias restricciones.
Axel Wüstenhagen, director de información de la conferencia, dijo hoy que unas 45.000 personas han solicitado su acreditación, un número que supera con creces la capacidad máxima de 15.000 asistentes para la que estaba concebida el Bella Center.
Precisó que sólo hoy habían sido contabilizados 22.300 pases, incluidos diplomáticos, periodistas, miembros de delegaciones y representantes de ONG y otras instituciones.
Integrantes de delegaciones oficiales y periodistas esperaron pacientemente más de ochos horas, con temperaturas próximas a los cero grados, sin poder acreditarse hasta que empezaron a protestar contra la demora.
Wüstenhagen pidió disculpas por estos incidentes y justificó el caos por la enorme afluencia de ONG y otras instituciones a la mayor cumbre celebrada hasta hoy sobre el cambio climático.