La culpa fue de "bestial fucker". Ese matón de barrio que espantaba con un bate de béisbol a los fanáticos de Massacre cuando tocaban en el Manuel Plaza. Ese colaborador contratado para evitar que subieran los chascones al escenario y que por el dudoso gusto de moler a palos al thrasher de turno recibía una lluvia de escupitajos de vuelta.
Andrés Padilla (37), responsable de la revista Grinder -www.grindermagazine.cl- y autor del primer libro que recopilará la historia del metal en Chile (ver ficha), tiene identificado al mentor de aquel impresentable hábito de tapar a salivazos a los grupos metaleros de los 80.
Una práctica de la que no se salvó nadie: ni siquiera los históricos Pentagram, banda de culto del metal chileno, que este domingo retorna a los escenarios en Santiago y que prepara una gira por Europa para julio.
Ese fue el tipo de cosas que aburrió a un conjunto considerado influencia para nombres importantes del metal mundial como los brasileños Sepultura (con quienes trenzaron amistad durante una visita a Belo Horizonte, en 1987) y que debutó en diciembre de 1985 para desenchufar equipos tres años después cansados de probar suerte en una escena mezquina de oportunidades.
El conjunto de Anton Reisenegger (que también milita Criminal) se convirtió en un nombre de culto, llegando a ser versionados por el famoso grupo británico Napalm Death en 1999 -con el tema Demoniac possession- y editados el año pasado por el sello alemán Cyclone Records, que antologó sus dos primeros casetes en una caja de lujo llamada Under the spell of Pentagram.
De ahí que el retorno de este domingo en la Cumbre del metal chileno -16 horas en el Teatro Caupolicán- sea un imperdible para los amantes del género. "Pentagram es muy respetado por los elogios de Sepultura y el cover de Napalm Death, el conjunto pasó a ser de culto para los seguidores del metal en el mundo", dice Padilla sobre el colectivo que alcanzó a publicar dos demos hasta 1988 y que retornó en mayo de 2001 con un celebrado concierto en el Teatro Providencia.
Ahora, en este nuevo regreso, Pentagram 2009 ya agenda fechas por regiones y hasta comprometió una gira por Europa que lo tendrá tocando en el prestigioso festival alemán Wacken Open Air, que se hará el 30 de julio, junto a nombres como Motörhead, entre muchos otros.
La historia de Pentagram y de otros créditos pioneros del metal en el país, como Chronos, Necrosis, Nimrod, Vastator y Rust está antologada en el texto de Padilla que fue beneficiado con un Fondart y que incluirá imágenes inéditas y el resumen de más de dos años de trabajo.
Será el registro escrito de un movimiento que dio sus primeros aullidos en un festival metalero celebrado en calle El Aguilucho, que se leía en fanzines como Censored H.M. y que crecía en en sitios como Sammy Shop, de Las Condes y el Caracol, de Ñuñoa. La misma escena que hoy tiene un primer libro y que asiste al nuevo regreso de su mayor banda de culto.